Como es bien sabido, de noche todos los nazis son pardos. Bueno, casi todos. Algunos van disfrazados de oscuros caballeros, como ese Batman criptofascista e hiperviolento de Christopher Nolan (Batman begins, 2005; The Dark Knight, 2008) con el que la Warner se ha empeñado en enterrar al más irónico y humano de Tim Burton (Batman, 1989), al tiempo que expresa cabalmente el Zeitgeist bushiano. Si eso es ahora, cuando el “pato cojo” se dispone a traspasar el despacho oval a su sucesor, no quiero imaginarme el Batman que veremos si llegan a la presidencia el astuto McCain y su runmate Sarah Palin, una ultrarreaccionaria creacionista con la que el candidato republicano pretende atraerse el voto femenino: quizás porque piensa -como aventura Kathe Pollit en The Nation-, que el cociente intelectual de la mujer estadounidense es el mismo que el de un Tampax. Tal vez hayamos enterrado el marxismo con cierto apresuramiento, olvidando que algunas de sus tesis podrían servirnos para comprender ese mundo “sin reglas” del que habla la publicidad de esta película que fulmina récords de taquilla mientras disemina urbi et orbi los rasgos más impresentables de la ideología imperial.
A día de hoy, parece que McCain y Barack Obama están más o menos igualados en expectativas de votos. Es USA.
Es triste ver lo fácil que resulta manipular a una sociedad... Como bien dices es USA.
ResponderEliminarA pesar de las nuevas expectativas sigo sin tener fe en ninguno de los dos candidatos, la realidad seguirá superando a la ficción.