Alguien debería decirle a quienes
sacuden alegremente las alfombras por las ventanas, echándoles toda
la suciedad encima a los viandantes, que eso es una cochinada infame,
que no se puede echar la porquería a los demás para que respiren
miasmas. Es más sano pasarles el aspirador, aunque sea más molesto
y costoso. No se puede faltar al respeto a los ciudadanos de esa
manera tan basta. En la Edad Media se tiraban las inmundicias por la
ventana al grito de ¡Agua va!. Ahora ni siquiera se grita. Y todas
las mañanas igual.