Nos vamos a morir, pero antes hay que vivir. Vivir es inventar, crear. Inventar constantemente y crear constantemente. Inventarse y crearse. La rutina aparece cuando, en vez de crear, repetimos una y otra vez machaconamente, obsesivamente, los mismos mantras, los mismos gritos, los mismos golpes que damos contra nuestra mente y que salen rebotados hacia las mentes de los demás. La rutina es la antesala de la vejez y de la muerte.
Hay que inventarse la vida a cada instante y hay que aprender lo necesario para que esa vida inventada sea satisfactoria para uno mismo y para el resto de personas de nuestro mundo.