Cuando realmente se siente cariño por
un amigo o por una amiga, no debería haber demasiado problema en expresarlo,
en decirlo, ni en preguntar algo que no sea impertinente, ni en abrir la
mente y el corazón, ni en hablar claro, ni en degustar el silencio en
común, ni en sentir que se confía en la otra persona y que esta
persona confía en ti. No hay mayor paz que la que se siente flotando
en un mar de cariño. Buenos días.