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martes, 2 de febrero de 2010

La mujer en el Islam


Del 15 al 18 de marzo se va a celebrar en la Universidad de Alicante un interesante Seminario sobre la situación de la mujer en el Islam de hoy. Está organizado por el Área de Estudios Árabes e Islámicos del Departamento de Filologías Integradas y dirigido por la profesora Eva Lapiedra.


Puedes ver el programa aquí.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Contra el fanatismo

Amos Oz, nacido en Jerusalén en 1939, es uno de los escritores actuales más importantes en el mundo. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Hebrea de Jerusalén y simultanea desde entonces su faceta de escritor con la de profesor en diversas Universidades, como las de Oxford y Ben Gurión, ésta en Israel.

Posee el título de Caballero de la Legión de Honor, concedido en 1997, el Premio Libertad de Expresión, concedido en Noruega en 2002, el premio Goethe, otorgado en Alemania en 2005, y el Príncipe de Asturias, en 2007.

En uno de sus muchos e interesantes libros, titulado Contra el fanatismo, publicado en España en la Biblioteca de ensayo de la Editorial Siruela en 2003, define de manera muy clara y esclarecedora el fanatismo de la siguiente manera:


“Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. En esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano en vez de dejarles ser. El fanático es una criatura de lo más generosa. El fanático es un gran altruista. A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte. Liberarte del pecado, del error, de fumar. Liberarte de tu fe o de tu carencia de fe. Quiere mejorar tus hábitos alimenticios, lograr que dejes de beber o de votar. El fanático se desvive por uno. Una de dos: o nos echa los brazos al cuello porque nos quiere de verdad o se nos lanza a la yugular si demostramos ser unos irredentos. En cualquier caso, topográficamente hablando, echar los brazos al cuello o lanzarse a la yugular es casi el mismo gesto. De una forma o de otra, el fanático está más interesado en el otro que en sí mismo por la sencilla razón de que tiene un sí mismo bastante exiguo o ningún sí mismo en absoluto. El señor Bin Laden y la gente de su calaña no sólo odian a Occidente. No es tan sencillo. Más bien creo que quieren salvar nuestras almas, quieren liberarnos de nuestros aciagos valores: del materialismo, del pluralismo, de la democracia, de la libertad de opinión, de la liberación femenina… todo esto, según los fundamentalistas islámicos, es muy pero que muy perjudicial para la salud. Con toda seguridad, la meta inmediata de Bin Laden noera Estados Unidos. Su meta inmediata era convertir a los musulmanes pragmáticos, moderados, en auténticos creyentes, en su tipo de musulmanes. El Islam estaba debilitado por los “valores norteamericanos”. Pero para defender el
Islam no sólo hay que golpear a Occidente y golpearlo fuerte. No. Al final, hay que convertir a Occidente. Sólo prevalecerá la paz cuando el mundo se haya convertido no ya al Islam, sino a la variedad más rígida, feroz y fundamentalista del Islam. Será por nuestro bien. Bin Laden nos ama esencialmente. El 11 de septiembre fue un acto de amor. Lo hizo por nuestro bien, quiere cambiarnos, quiere redimirnos.”



Ahora, mira a tu alrededor y mírate a ti mismo, y trata de descubrir los detalles grandes o pequeños de fanatismo que pueda haber. Y tengamos cuidado.






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martes, 29 de julio de 2008

Machismo5: POLÍTICA

Esto que vas a leer no es el Islam. Es una interpretación del Islam.

Tampoco es una organización de la sociedad en clave exclusivamente religiosa. Es una organización machista de la sociedad.

El valor más elemental que se observa en un mundo humano es el de la libertad. Luego vendrán la igualdad, la justicia y la solidaridad. Pero en esto que vas a leer no hay ni libertad.

Piénsalo bien, no sea que luego sea ya tarde.


Artículo publicado en El País, el 29 de julio de 2008.


Clérigos de Yemen vetan que las mujeres sea elegidas diputadas

Organizaciones femeninas piden al Parlamento de Sanaa que rechace la fetua


I. CEMBRERO - Madrid - 29/07/2008

El presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, pretende sacar a su país del deshonroso puesto que ocupa por la representación femenina en sus instituciones. En su Parlamento sólo hay una diputada, lo que le sitúa en la cola de cuantos países árabes poseen esa institución. Saleh ha propuesto aprobar una ley que reserve el 15% de los escaños a las mujeres en las elecciones legislativas de 2009, un porcentaje inferior al de países como Marruecos o Jordania, pero el clero musulmán maldice la iniciativa. Con la mezquita hemos topado.

“Todo esto nos aterra y nos lleva a un Estado teocrático”, denuncia Mashoor. Reunidos a mediados de mes en Sanaa, la capital, unos 2.000 clérigos, políticos conservadores y jefes tribales declararon que la participación de las mujeres en política es haram (pecado). Los religiosos eruditos redactaron incluso una fetua (edicto islámico) que prohíbe la concurrencia de candidatas a las elecciones.

“Advertimos de que abrir la puerta a las mujeres significa que saldrán de sus casas y se mezclaran con hombres”, reza un opúsculo distribuido durante la conferencia. “Si salen de sus hogares y coinciden con hombres en los lugares de trabajo, surgirán relaciones al margen del matrimonio, situaciones indecentes, adulterio e hijos ilegales”.

“Para que el barco [de Yemen] no se hunda” era el eslogan de la conferencia que organizó el político islamista Abdelmajeed al Zindani, considerado por EE UU como proveedor de fondos de organizaciones terroristas. Para evitar el “naufragio”, los asistentes decidieron la creación de un comité para la promoción de la virtud y la prevención del vicio dirigido por 42 clérigos y cuyos agentes recorrerán las calles y locales públicos en busca de “comportamientos indecentes”. Se encargarán de señalarlos a la policía, porque no podrán practicar detenciones, según precisó el viceministro de Orientación Religiosa, Hasan Abdulá al Cheik. En Arabia Saudí existe una fuerza pública con el mismo cometido, pero con mayores poderes.

El vicio consiste, según un primer catálogo aprobado en la conferencia, en consumir alcohol, asistir a desfiles de moda, bailar con personas de sexo opuesto, cantar en público para las mujeres, enviar a las chicas a estudiar al extranjero sin que las acompañe un varón de su familia que las vigile, etcétera.

“Todo esto nos asusta y nos conduce hacia un Estado teocrático”, declaraba al diario The Yemen Observer Hooriah Mashoor, vicepresidenta del Comité Nacional de Mujeres, un organismo oficial. Junto con la Unión de Mujeres Yemeníes, una ONG privada, están llevando a cabo una campaña para frenar el ímpetu islamista.

“Queremos que el Parlamento condene explícitamente esta fetua, porque constituye un ataque contra las libertades públicas y privadas”, afirma Ramziah al Eryani, presidenta de la Unión de Mujeres. Pidió cita al presidente del Parlamento, Yahya al Raie, para solicitarle ese pronunciamiento. La fijó para el domingo, pero después la aplazó sine die. No es seguro que el Parlamento recoja sus aspiraciones. La institución tiene un cariz cada vez más conservador. La comisión parlamentaria de la sharía islámica, que comprueba la conformidad de las leyes con la religión musulmana, ha rechazado una enmienda del Gobierno que hubiese equiparado las indemnizaciones por muerte accidental de una mujer con las que perciben los familiares si el fallecido es un hombre. Actualmente, la compensación por el varón duplica a la de la mujer. El Parlamento se dispone además a aprobar una ley que prevé un año de cárcel para los hombres y mujeres que se reúnan a solas sin que existan entre ellos lazos familiares. Cuando entre en vigor, ningún hombre podrá dar, por ejemplo, clases particulares a una mujer sin que ésta esté acompañada. Las mujeres tampoco podrán tomar taxis.




martes, 22 de julio de 2008

Alicante. LOS PLACERES DE LA MENTE

He vuelto de Alicante. Fui con Yolanda a la tercera edición de los Cursos de verano que, en la Universidad Rafael Altamira, organizan los profesores y amigos Luis F. Bernabé y Eva Lapiedra, del Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante. Esta Universidad tiene uno de los campus más bonitos y mejor planificados de Europa. Posee una extensión de un millón de metros cuadrados y un diseño de edificios y de paisajes que hacen extremadamente agradable encontrarse allí y contemplar su belleza.


Este año el curso versaba sobre “El Islam y occidente: encuentros, desencuentros e identidades” y ha resultado tan interesante como los de los años anteriores, en los que los temas fueron “Belleza, lujo y placer en el Islam” y “La mujer y el Islam: una visión plural”. Creo que la sola cita de los títulos de estos cursos puede hacer que el lector se forme una idea del atractivo de los mismos.

No necesito convencerme de que algo a lo que pueda denominarse la realidad no existe. Lo interesante es observar cómo cada uno se forma su propia realidad, porque lo que hay lo ve y lo interpreta desde su propia subjetividad. Algunos incluso no ven nada. Y otros tienen una subjetividad tan interesada, que su realidad resulta unas veces previsible, otras, parcial, y en algunas ocasiones hasta ridícula. Lo digo porque hoy el Islam se vive de múltiples maneras y se interpreta como a cada cual le parece, a veces en clave de peligro, o de amenaza, o de cerrazón de mente, o de pobreza, o de invasión, o incluso de terrorismo. Luis y Eva llevan tiempo intentando mostrar la cara del Islam que no aparece en los medios de comunicación, ni en los peculiares imaginarios populares, ni en los prejuicios con los que tantas veces nos formamos los tópicos tantos ciudadanos. Y, a juzgar por la afluencia de alumnos que acuden todos los años a estas citas, deben ser considerados ambos como artífices de un acercamiento cultural y humano y como afortunados promotores de un conocimiento del otro, en este caso, del Islam, que se hace tan necesario para que pueda haber en la sociedad un diálogo creativo y eficaz y una convivencia en paz.

No hemos faltado a ninguna de las citas hasta ahora. Y el espíritu de estos cursos lo noto luego en mi relación con los alumnos árabes y musulmanes que tengo. Constituyen éstos un mundo difícil de tratar, no porque sean árabes ni musulmanes, sino seguramente por las condiciones sociales, económicas y culturales en las que viven. ¡Cómo me gustaría poder y saber transmitir la expresión que aparece en los ojos de un alumno marroquí, por ejemplo, cuando le haces ver que conoces algo de su cultura y, sobre todo, que la valoras, que la respetas y que la separas del tópico xenófobo, racista e ignorante que tanto abunda en la sociedad! Cuando esto ocurre, siempre me acuerdo de Luis y de Eva, de su enorme trabajo de organización de estos cursos, de su cansancio disimulado en el mes de julio y de que puede que ellos no sospechen las positivas consecuencias de lo que hacen.



El curso contó con una amplia representación de profesores que protagonizaron intervenciones y dieron pie a debates interesantísimos. Por ejemplo, la profesora Montserrat Abumalham, de la UCM, habló de los distintos Islames que podemos encontrar en Europa. El propio Luis F. Bernabé hizo un espléndido recorrido histórico por las distintas visiones deformadas entre el Islam y el Cristianismo en la historia. El paso del saber del Islam a Occidente fue tratado por el profesor Víctor Pallejá, de la UA. Eva Lapiedra aplicó su enorme capacidad de análisis a los diversos tipos de contactos habidos entre musulmanes y cristianos, tanto los pacíficos como los realizados en clave de guerras. El profesor Hany Muhammad El-Eryan El-Bassal, de la UA, deleitó a los asistentes con el análisis de dos libros de viajeros musulmanes, uno realizado a Al-Andalus y el otro a París. El historiador Juan Antonio Barrio, de la UA, presentó una experiencia que resultaría interesantísima: la visión de dos películas que mostraban ambas la historia de Saladino, pero una realizada en Occidente y la otra, en Egipto. Pocas veces se está en situación de comparar ambos puntos de vista desde el ámbito cinematográfico. La intervención de Luis Delgado, músico y musicólogo, fue, como siempre, una muestra de que lo bueno se muestra en esta vida siempre acompañado de lo efímero. La gozada intelectual que supone escuchar lo que este hombre dice y las muestras musicales que ofrece posiblemente sea sólo comparable con la experiencia de escuchar a un poeta recitando bien unos buenos versos. Uno de los puntos fuertes del curso fue la intervención del catedrático de la Universidad de El Cairo, Consejero cultural de la Embajada y Director del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, Abd Al-Fattah Awad. Su ponencia versó sobre un tema poco tratado, el de las occidentalofobias desde el mundo árabe y los malentendidos que se han ido generando entre ambas culturas. La situación de los musulmanes, inmigrantes o no, en la España de hoy fue tratada por el profesor de la Universidad Rovira i Virgili, Jordi Moreras, por el Subdirector General de Coordinación y Promoción de la Libertad Religiosa, Juan Ferreiro, por el presidente de la Junta Islámica Catalana, Abdennur Prado, y por la mediadora intercultural Naima Benaicha. El debate que se originó al final fue muy interesante, al igual que lo fue el que tuvo lugar al día siguiente, después de que el tema de las islamofobias en España y en Europa fuera tratado por Fernando Bravo López, de la UAM, y el de la situación de las mujeres musulmanas inmigrantes, por la mediadora social Siham Ater.

Programa amplio y complejo que me dejó un buen sabor de boca y, sobre todo, una sensación de que el tiempo había pasado muy deprisa y de que el curso podía haber durado más tiempo sin que nadie se hubiera cansado de seguir. Una de las cosas buenas de estos cursos es que los organizadores logran dotarlos de un contenido y de un nivel muy atractivos y, a la vez, saben generar un ambiente en el que la participación y el diálogo se hacen fáciles y de interés.



A pesar de que dos días estuvo lloviendo y de que me equivoqué haciendo la reserva del hotel, uno vuelve de Alicante pensando en que ya falta menos para el curso siguiente. Y esto creo que es significativo.


Manuel Casal