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viernes, 2 de septiembre de 2016

Los viernes, etimologías. 127. Algunos árboles III



HAYA

Proviene de fagus, en realidad de su adjetivo, fagea, de la expresión latina materia fagea, madera de haya. En Italia aún hay algún hayedo, pero en Grecia ni uno, y sin embargo tienen φάγος (fagos), pero designa a otro árbol, un tipo de castaño. El nombre del árbol, fagus, se conservó en aragonés, fau o favo, y en el latinismo euskera pago. El euskera no acepta la f inicial, rasgo que, según Menéndez Pidal, influyó como adstrato en el castellano inicial, que transforma normalmente la f inicial en h; ferrum > hierro, filium > hijo, fagea > haya. Gregorio Salvador ha sugerido que podría deberse a la pérdida de los incisivos por gran parte de la población, por ejemplo por la falta de flúor en el agua, lo que impediría realizar la f. Se han hecho estudios de las aguas, y no... Pero es una hipótesis muy pintoresca.

FRESNO

El nombre proviene del latín fraxinus. La raíz está presente en ruso y en sánscrito, pero para designar a otros árboles. Su madera es dura pero elástica, perfecta para arcos, mangos, bates y guitarras. Un insecto está poniendo en peligro de extinción a miles de millones de fresnos en Norteamérica.

TILO

La palabra tilo se crea en castellano a partir del francés til, y esta a partir del latín tilia, que cita Virgilio muchas veces. El origen es oscuro. Tiene un paralelo en griego, πτελέα (ptelea), pero este designa al olmo. Quizás sea un término del fondo léxico mediterráneo, que latín y griego tomaron para designar árboles diferentes. Sigfrido se bañaba en la sangre del dragón y cayó sobre su espalda una hoja de tilo..., recuerdo perfectamente cuando lo leía de niño, el libro y la habitación en que lo leía.

TUYA

Es un cultismo en castellano, o sea, que no ha aparecido por evolución natural del latín hacia el castellano, sino introducida por cultos o estudiosos de la Botánica. Se ha creado a partir del nombre griego del árbol, θύα (thya), relacionado con el verbo θύω (thyo, quemar), aludiendo a la madera olorosa al quemarla, raíz que se extendió a otros perfumes; tus es incienso en latín. Era en Roma una madera de lujo.

BOJ

Entra en castellano a partir del catalán boix, y este desde el latín buxus. Ya se utilizaba en Roma para tallar objetos pequeños como peines, flautas... En griego era πύξος (pyxos), y ambos términos, latino y griego proceden, de una lengua de Asia Menor, área de la que también es originaria la planta.

TEJO

Del latín taxus. El fruto, y también las hojas, se han utilizado con fines suicidas ya desde la época de César, que cita un episodio en la Guerra de las Galias. En euskera es hagina, el árbol de la muerte.

ARCE

Del latín acer. Como acacia, acebo y acanto, deriva de la raíz -ak, que expliqué hace unas semanas, la de aguja y agudo. Dicen que por sus hojas puntiagudas, y, según otros, porque sus ramas son perfectas para fabricar lanzas. Si volvemos a la Edad Media, ya os diré dónde hay algún arce.

ALERCE


Del árabe al-arz, que tomarían la palabra latina larix-laricem. De la resina del alerce se obtenía la trementina, un disolvente de pinturas, o sea, el aguarrás natural. Es un árbol de montaña, casi todos los alerces de la Península están en los Pirineos.