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lunes, 22 de octubre de 2012

Mirando por la ventana. No lo entiendo




Acabo de leer un escrito que dice que, en realidad, las elecciones gallegas no las ha ganado el PP, que tiene un 27,5 % de los votos, sino los que se han abstenido, que son el 36,2 % del censo.

Esta idea, absurda y dañina, es la que está haciendo un daño atroz a la política en España y, sobre todo, a los ciudadanos que más solidaridad necesitan.

Para ganar unas elecciones, en España y en cualquier país, lo primero que hay que hacer es participar. Quien no participa lo que tiene que hacer es callarse, puesto que ha decidido que ni las elecciones ni la democracia son cosas suyas. Moralmente debe quedarse callado y no protestar, puesto que su decisión le excluye del proceso democrático y porque ha optado, sabiéndolo o no, por aceptar las consecuencias del resultado electoral. Si, encima, va diciendo por ahí que ha ganado las elecciones desde el sofá de su casa, deliberando profundamente sobre altísimas cuestiones teóricas, y sin ir a votar, entonces el despiste resulta insultante y el aplauso de la derecha se oye en varios planetas.

Hay cosas que no acabo de entender. No entiendo cómo hay personas que, dentro del campo de la política, confunden un Parlamento, en donde se debate y se toman decisiones que inciden en la vida concreta de los ciudadanos, con un Ateneo, en donde se debate y luego se va uno a casa o a tomarse unos vinos. No entiendo cómo en el mundo actual se puede concebir una democracia eficaz queriendo sustituir el sistema partidos por movimientos asamblearios. No entiendo cómo se puede hablar de política sin votar y sin tener en cuenta que para ganar una elecciones hay que tener, además de ideas, una estrategia que no engrandezca y fortalezca al adversario. No entiendo cómo se puede mejorar el sistema democrático moviéndose fuera de los partidos y no intentando cambiarlos desde dentro. No entiendo que no se reaccione ante el impacto conseguido de desmotivar a la izquierda para que la derecha gane una y otra vez. No entiendo que haya personas, a las que parece que les sobra tiempo para vivir, que no tengan inconveniente en vivir 4, 8 o 12 años muy mal, con tal de castigar a algún partido o de ser fieles a la idea de que hay que mejorar la democracia, pero que lo hagan otros. No entiendo en qué pueden estar pensando estos ciudadanos cuando se quedan en casa y luego salen diciendo que han ganado las elecciones. No lo entiendo.