Conocí a Karmele por casualidad. Una de estas casualidades de la vida que no dejan de sorprenderte gratamente. He pasado una temporada con problemas de salud y no he podido disfrutar de pasear por librerías y ferias del libro, como me gusta, para descubrir joyas ocultas en el inmenso mundo editorial que vivimos y, en parte, sufrimos. En una de estas ferias del libro, mi pareja estuvo paseando con unos amigos y viendo los puestos de las distintas editoriales, decidió elegir lo que creyó podría gustarme. Un gran acierto. No solo no conocía el libro ni la autora, sino que ha sido uno de los mejores descubrimientos de este año...
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