19 de abril de 2020
Creo que en esta situación en la que estamos deberíamos ser muy comprensivos. Ser comprensivo consiste en no juzgar ni condenar alegremente a nadie, sino en intentar ponerse en el lugar del otro, de los otros, procurando conocer lo mejor posible las circunstancias en las que viven, lo que les está pasando, las necesidades que tienen y los posibles inconvenientes que tienen que superar. La humanidad se mide más por la empatía que seamos capaces de incorporar en nuestras vidas que por unos juicios hechos a la ligera, con informaciones tergiversadas y con muchas posibilidades de ser injustos. Una sociedad enferma, o que puede estarlo, necesita paz y que la pacifiquen. Y hablo por mí: bastante tengo ya procurando que no me alcance el virus y deseando que no haga mella en las personas que conozco y que quiero, como para, encima, tener que soportar un clima de guerra, de insultos, de intereses particulares, de tener que estar, como ciudadano, defendiéndome tantas veces. Sería mejor -yo lo deseo- que nos comprendiéramos más y que fuéramos más pacíficos. Y me refiero a las personas, pero también a aquellos periodistas que tienen que vender lo que escriben como sea, a ciertos políticos que quieren sacar alguna tajada de esto y, en general, a todos.