Todo tú hablas.
Tu vestido, tus gestos, tus silencios, tus desprecios, tus respetos, tus ademanes, tus ideas, tus gustos, tus preocupaciones, tus reacciones, tus olvidos, tu velocidad, tus proyectos, tus actos, tus omisiones.
Aunque estés callado, todo tú hablas.