El problema no es que cómo se llamen. El problema es que se enorgullecen de sus ideas racistas, misóginas, xenófobas, homófobas, bífobas, tránsfobas, interséxfobas, neófobas, discriminatorias, totalitarias, excluyentes, rancias, irrespetuosas, exclusivistas, clasistas, ignorantes e interesadas, insensibles, brutas, maleducadas, cómplices de los terroristas sexuales, intolerantes con las diferencias, machistas, antifeministas, odiadoras, maltratadoras de animales, tienen miedo, sienten desprecio y están ajenos a la cultura.
Y un problema mayor es que quienes los votan o son también así o son tan incultos que no tienen la menor idea de lo que votan.
Buenos días.