Cuando dialoguemos o cuando discutamos,
deberíamos acostumbrarnos a intentar convencer, no vencer. Vence el
más fuerte, pero eso no significa que tenga más razón que el otro.
Vencer es lo único que pueden hacer los animales. Los humanos
debemos procurar razonar, argumentar, criticar, ver lo positivo y lo
negativo de lo que pensamos y de lo que nos dicen. Y eso se pone en
práctica cuando el objetivo no es vencer en una batalla, sino
convencer con unos argumentos que, además, deben estar abiertos a
los argumentos de la otra persona, que seguramente tenga también algo bueno
que aportar. Sólo así podremos crecer como seres humanos y ser
capaces de crear un mundo más vivible.
Buenas noches.