La ortografía, el arte de escribir
correctamente, se aprende con la memoria teórica de unas normas, que
tampoco son tantas, y, sobre todo, con la memoria gráfica de la
lectura. El neoliberalismo ha conseguido que creamos que todo vale,
que las normas ortográficas son absurdas y que se puede hablar y escribir de
cualquier manera. Todo esto sirve magníficamente para lograr ser un
verdadero palurdo en la sociedad. Es una elección que, como todas,
trae sus consecuencias.
Buenas noches.