BARRIGA
Procede
de barrica,
emparentada con barril,
de origen desconocido, quizás galo. Parece que se acuñó en gascón,
de donde habría pasado al castellano y al francés, pero podría
estar ya en el substrato celtibérico, incluso haber pasado al latín
vulgar en la Península. La metáfora es sencilla, comparar el
vientre con un tonel en el que se mete vino y viandas. Derivado de
barrica
es barricada,
porque se hacía con barricas. Metáfora similar es llamar al vientre
pipa,
en Ecuador y Antillas.
TRIPAS
De
origen desconocido, pero común a todas las lenguas romances, menos
rumano, está hasta en inglés, y se aplica especialmente al hombre o
animal muerto y despanzurrado, más que a un cuerpo vivo. Mientras no
se ven, las tripas no existen, ni las mías me las imagino. De tripa
vienen destripar
y extirpar.
Para otros es al revés, de extirpar,
vienen destripar
y finalmente tripa.
El origen de tripa
podría ser el latín vulgar, o el griego, o el árabe o un montón
de hipótesis más.
OMBLIGO
Del
latín umbilicus,
es un precioso ejemplo de evolución al castellano, las vocales que
se abren u
> o;
la síncopa, o pérdida de vocal, como en muchas esdrújulas ombílico
> omblico;
la sonorización de c
> g,
todo muy normal. En inglés es navel,
y este es el origen del nombre de unas naranjas que tienen un ombligo
en la parte contraria al pedúnculo. Vete al frigorífico y verás
que no miento. Pero umbilicus
es diminutivo de umbo,
que significa algo saliente en el centro, ombligo significa bultito;
por ejemplo los escudos tenían un umbo en el medio, un bulto con
punta, utilizable para atacar al enemigo. En Delfos, considerado el
centro del mundo, estaba el ómfalos,
ombligo en griego, una escultura decorada con relieves. Yo no
entiendo de ombligos, pero el mío no sobresale, el nudo que me hizo
la señora Martina, la comadrona que me ayudó a nacer, lo ató y lo
escondió hacia dentro. Yo creo que hoy son muy raros los ombligos
que sobresalen, dice Wikipedia que el 4% de la población. A no ser
ciertos niños africanos, que se los ve con unos ombligos... O quizás
es, terrible imagen, debido a su extrema delgadez.
CADERA
El
latín tomó el griego kathedra,
silla, que por metonimia pasó a significar nalgas; del asiento, por
contacto, pasó a significar lo que se asienta. Aún hay otro
desplazamiento, pasó a significar esa silla interna de hueso, la
pelvis con sus dos abultamientos a los lados, las caderas. En catalán
y gallego-portugués no recorrieron todos estos pasos, cadira
y cadeira
significan silla, se quedaron en el primer paso. El castellano por
vía culta retomó la palabra y creó cátedra,
asiento del catedrático,
o del obispo en su catedral.
Pero analicemos kata-hedra,
hedra
es de la misma raíz que sedente,
sedentario...
¿La raíz indoeuropea sed-
puede perder la s
y convertirla en una aspiración? Sí, sí, dile a un madrileño que
pronuncie "las
moscas"
y dirá "laH
moHcaH".
Así hedra
de cátedra
y sedeo,
sentarse vienen de una raíz indoeuropea común. Yo quiero ya dejar
esta palabra, pero antes debo decir que edro
es el asiento de una figura geométrica, cada una de sus caras, de
donde octaedro,
dodecaedro
o poliedro.
Un
día volveré con el verbo sedeo,
porque genera cientos de palabras en castellano, de deseo
o asedio
a asesor
o presidente.