No sé si de lo que se trata es de
poder vivir todos juntos (y todos son todos y todas, que quede claro)
Tampoco sé -si es que se trata de eso-
cómo lo vamos a poder conseguir.
Aquí parece que cada uno posee la
única verdad existente, la única que tiene la obligación de
prevalecer, y que la de los demás debe plegarse a esa indispensable e irrenunciable verdad propia.
No sé de qué pastas tan exclusivas estamos hechos.
Buenas noches.