Tiene que quedarnos a todos bien claro
que casi nada de lo que ocurre en España es normal. Nos están
acostumbrando a aceptar las mentiras como si se tratase de la
cotidiana salida del Sol. Estamos aceptando la explotación brutal y
descarada con la misma naturalidad que admitimos que si soltamos una
manzana, se cae. Nos van quitando cada vez más derechos y libertades
y lo encajamos como quien oye llover. Tragamos las maniobras de los
codiciosos, que quieren acaparar dinero como sea, y nos parece tan
natural como que haga calor en verano. Nos están embruteciendo, nos
están deshumanizando y, sin embargo, le damos mucha más importancia
a lo que hagan el fin de semana el Real Madrid o el Barça. Cualquier
día nos mandan al otro mundo, por una paliza o por una falta de
servicios indispensables, y diremos algo así como que a alguno le
tenía que tocar. Intentan cargarse la cultura, el sentido crítico y
la educación y, mientras, nosotros andamos pendientes de lo que le
pueda ocurrir a algún mindundi famoso. Han logrado que no nos demos
cuenta ni de nuestra falta de conciencia de donde estamos ni de la
dignidad que tenemos. Están triunfando y, de paso, se están
forrando. No lo siento tanto por mí, que también, ni por la
multitud de salvajes con la que me cruzo todos los días, sino por
esa juventud que abarrota este mundo cada día más
invivible y que posiblemente -ojalá esto no sea así- no haya visto en público lo que es una vida que pueda llamarse humana ni creo que
tenga, a este paso, muchas posibilidades de verla. Me dan pena. Y me
dan rabia, una enorme rabia y una tremenda repulsión, los ricos y
los gobernantes que les obedecen, que nos han llevado a esta
situación. Ya va siendo tarde para que reaccionemos ante el cambio
climático, negado por ese impresentable de Trump y por multitud de ignorantes, adinerados o no, como él. No sé si será también tarde para que
reaccionemos ante todas estas maniobras de embrutecimiento, de
inconsciencia, de ignorancia, de desidia, de deshumanización y de
marcha acelerada hacia la selva.
Buenas noches.