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martes, 9 de enero de 2024

De madres y mamás. Madres que alumbran palabras (1), por Margarita Álvarez Rodríguez, en MasticadoresFEM




Es curioso que la primera lengua que aprendemos los seres humanos para comunicarnos  en nuestra infancia se  llame precisamente lengua materna (también madrenatal o nativa). En las comunidades primitivas, en general, era  la madre la encargada del cuidado de los hijos y del hogar mientras el padre salía a buscar el sustento ─aunque sabemos que no en todas las sociedades ha ocurrido así─, por ello, los infantes se movían, casi siempre, tanto en el hogar como fuera de él, en torno a la madre y  aprendían de ella  el idioma. Conviene recordar que  infante procede de  infans, infantis, que a su vez está formada por el prefijo negativo in- y el participio presente del verbo fāri, hablar. Es infante, pues, en sentido general y etimológico, el que aún no habla...

Puedes leer el artículo de Margarita Álvarez Rodríguez pulsando aquí.




miércoles, 16 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Estilo




16 de septiembre de 2018

 Lo importante no es solo lo que decimos o lo que hacemos, sino el estilo de la relación que vamos creando con los otros y con el mundo.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. ¿Es esto posible?


Las palabras salen al ritmo que marcan la mente del hablante y la comprensión del oyente. No hay prisas, sino una calma voluntaria que no se quiere perder.
No se trata de ganar ninguna partida. Cada uno dice lo que piensa, y el otro piensa lo que oye. No es una batalla, sino un paseo común por el campo de la palabra.
El volumen de la voz es el conveniente para que los interlocutores se oigan, pero sin que nadie más se vea en la obligación de oír sus palabras.
Los silencios no son tiempos muertos, sino activos. Son compartidos, pero no problemáticos ni embarazosos. En el silencio se piensa y se habla. Se disfruta tanto de la palabra como del silencio.
El hablante observa la repercusión que sus palabras tienen en el oyente, para evitar el posible atosigamiento o un eventual cansancio.
Nadie interrumpe. El oyente acompaña atentamente al hablante hasta que acaba, salvo para ayudarle a expresarse, pero nunca para desviar el tema de su charla. Hay un respeto fundamental por el otro, por el acto de pensar y por la palabra.
La misma atención que pone uno al hablar pone el otro al escuchar.
No hay ruidos. En todo caso, sonidos que no distraen de la conversación.
No hablan de peculiaridades intrascendentes relacionadas con personas, y la conversación se centra en hechos o en temas de los que se puede conocer algo nuevo.
Unas notas de humor salpican la conversación. Su ausencia es más lamentable que su abuso.
Enseñan, si es el caso, pero ninguno pretende aparecer como enseñante, sino como aprendiz de lo que oye.
No juzgan a nadie, sino que analizan razonadamente lo que ocurre.
Los conversadores intentan crear un ambiente de cercanía, de empatía, de comprensión.
Cuando alguno no está de acuerdo, lo dice con amabilidad, eludiendo cualquier aspereza.
Sus miradas revelan cordialidad, incluso agradecimiento por el tiempo y por las ideas que el otro le regala a través de sus palabras.
Ninguno se considera superior al otro, por abundantes que sean sus conocimientos sobre el tema de la conversación.
Si uno descubre su propio error, lo reconoce noblemente y le da al otro el mérito que le pueda corresponder.
Los gestos son claros y expresivos, pero suaves. Enfatizan lo que dicen, pero buscando la precisión de las ideas, no su imposición al oyente.
La sonrisa domina el paisaje afectivo. Las discrepancias no rompen la relación que se crea al intercambiar honestamente las ideas.
Hablan con claridad y escuchan con atención. Ambos son presupuestos indispensables.
A través de la palabra sacan fuera lo mejor que tienen sus mentes. Comparten así su riqueza.
Me resulta cada vez más difícil poder conversar así.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Dicho en el pasado. Hay que elegir




26 de agosto de 2016

Siempre hay que elegir para ser.
Hay que elegir entre la suavidad de unas palabras o la acritud de otras, entre la ternura de un gesto o la brusquedad de otro, entre lo que necesita la persona con la que hablas o lo que le sale a uno de las vísceras, entre la paz en la guerra o la guerra en la paz, entre pensar en uno, sólo en uno, o pensar en el otro, sólo en el otro.
Así vamos siendo y así nos vamos haciendo.
Buenas noches.
Te sugiero un pensamiento de cariño que predisponga tu cerebro hacia un mundo vivible.
Besos y abrazos.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Dicho en el pasado. Las palabras y el cariño


19-8-2015
Si quieres a alguna persona, intenta que viva en paz. Procura comprenderla. Si ves que no tiene razón, no la juzgues. Haz lo posible por que entienda tu punto de vista. El cariño no solo se muestra con besos. La mayor parte de las veces, se demuestra con palabras.

viernes, 14 de agosto de 2020

Palabras



Cuando los besos no deben salir de los labios, cuando los abrazos deben acabar sin haber comenzado, cuando el tacto no es lo más recomendable, nos queda la palabra.

Usemos la palabra para expresar nuestras emociones. Nos enriquecerá y enriquecerá nuestras relaciones. Un abrazo explicado tiene, al menos, tanta fuerza como uno dado.

Pero afinemos el uso de las palabras. No se besa de cualquier manera, no se abraza de cualquier manera ni se habla de cualquier manera. Tengamos claro lo que queremos decir antes de decirlo. No se trata de decir florituras, sino de ser un poco precisos y honestos. Si la necesitas, no le digas “Te quiero”, sino que la necesitas; si lo deseas, no le digas “Te quiero”, sino que lo deseas. Si quieres agrandar lo que te une a las otras personas, infórmate, piensa, pregunta, forma tu mente. La felicidad llega por ahí, no por las apariencias vacías, ni por la repetición de lo que hacen todos ni por saltarse estúpidamente las normas. Aprendamos a llenar de sentimiento las palabras. Y, también, de contenido.

viernes, 29 de mayo de 2020

Definición



No nos definen nuestras ideas. Una idea, mientras no salga fuera de la mente, es como si no existiera.

No nos definen nuestros hechos, aunque son más representativos que las ideas. Hacemos cosas sin querer, otras nos vemos forzados a hacerlas y en otras, nuestras circunstancias pesan mucho y pueden más que nuestra voluntad.

Nos definen más, en mi opinión, nuestras palabras. Rara vez nos vemos obligados a decir algo, o a decirlo sin querer. Creo que somos más libres hablando que actuando. En ese sentido muestran más lo que somos que nuestros hechos.

Pero lo que me parece que nos define mejor es el estilo con el que usamos las palabras, el aire que despiden las frases que empleamos, la impresión general que produce lo que decimos. Esto implica escuchar al que habla y procurar entenderlo bien, pero esto cada vez es más inhabitual.

viernes, 31 de enero de 2020

Buenas noches. Imagen



Una imagen vale más que mil palabras si lo que se quiere es que el ciudadano no piense. 

Buenas noches.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Buenas noches. Media docena




Ellos no se suelen dar cuenta, pero escucharles media docena de palabras es suficiente para descubrir a quienes están carcomidos por el odio. 

Buenas noches.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Buenas noches. ¿Es esto posible?




Las palabras salen al ritmo que marcan la mente del hablante y la comprensión del oyente. No hay prisas, sino una calma voluntaria que no se quiere perder.
No se trata de ganar ninguna partida. Cada uno dice lo que piensa, y el otro piensa lo que oye. No es una batalla, sino un paseo común por el campo de la palabra.
El volumen de la voz es el conveniente para que los interlocutores se oigan, pero sin que nadie más se vea en la obligación de oír sus palabras.
Los silencios no son tiempos muertos, sino activos. Son compartidos, pero no problemáticos ni embarazosos. En el silencio se piensa y se habla. Se disfruta tanto de la palabra como del silencio.
El hablante observa la repercusión que sus palabras tienen en el oyente, para evitar el posible atosigamiento o un eventual cansancio.
Nadie interrumpe. El oyente acompaña atentamente al hablante hasta que acaba, salvo para ayudarle a expresarse, pero nunca para desviar el tema de su charla. Hay un respeto fundamental por el otro, por el acto de pensar y por la palabra.
La misma atención que pone uno al hablar pone el otro al escuchar.
No hay ruidos. En todo caso, sonidos que no distraen de la conversación.
No hablan de peculiaridades intrascendentes relacionadas con personas, y la conversación se centra en hechos o en temas de los que se puede conocer algo nuevo.
Unas notas de humor salpican la conversación. Su ausencia es más lamentable que su abuso.
Enseñan, si es el caso, pero ninguno pretende aparecer como enseñante, sino como aprendiz de lo que oye.
No juzgan a nadie, sino que analizan razonadamente lo que ocurre.
Los conversadores intentan crear un ambiente de cercanía, de empatía, de comprensión.
Cuando alguno no está de acuerdo, lo dice con amabilidad, eludiendo cualquier aspereza.
Sus miradas revelan cordialidad, incluso agradecimiento por el tiempo y por las ideas que el otro le regala a través de sus palabras.
Ninguno se considera superior al otro, por abundantes que sean sus conocimientos sobre el tema de la conversación.
Si uno descubre su propio error, lo reconoce noblemente y le da al otro el mérito que le pueda corresponder.
Los gestos son claros y expresivos, pero suaves. Enfatizan lo que dicen, pero buscando la precisión de las ideas, no su imposición al oyente.
La sonrisa domina el paisaje afectivo. Las discrepancias no rompen la relación que se crea al intercambiar honestamente las ideas.
Hablan con claridad y escuchan con atención. Ambos son presupuestos indispensables.
A través de la palabra sacan fuera lo mejor que tienen sus mentes. Comparten así su riqueza.


Me resulta cada vez más difícil poder conversar así.

Buenas noches.

martes, 10 de septiembre de 2019

Buenos días. Vivos




Nada más despertarnos, deberíamos alegrarnos de poder ver la luz del día, la belleza de la naturaleza y de mucho de lo que vemos, de poder oír palabras y músicas agradables, de poder besar y abrazar a los amigos y amigas, de poder hacer algo de lo que nos apetece, de ser conscientes de que estamos vivos, vivos, muy vivos. 

Buenos días.

jueves, 1 de agosto de 2019

Buenos días. Detrás




Detrás de las palabras, de los hechos, de las alabanzas. Hay que mirar siempre detrás. 

Buenos días.


miércoles, 26 de junio de 2019

Buenos días. Palabras




Estas palabras me las digo a mí mismo, pero también a todos. 

Buenos días.


martes, 15 de enero de 2019

Buenas noches. Palabra




Una palabra escuchada atentamente debería ser el germen de una duda productiva en el oyente. 

Buenas noches.

sábado, 29 de diciembre de 2018

Buenas noches. Imagen




Nuestras palabras y nuestros actos generan nuestra imagen ante los demás. Todos somos responsables de nuestra imagen, pero hay muchos que o no lo saben o no lo aceptan. 

Buenas noches.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Buenas noches. Leer




Solo podemos conocer aquello para lo que tenemos palabras. Quien no sepa lo que significa, por ejemplo, la palabra 'resiliencia', no podrá conocer nada de esa actitud. Puede que la practique, pero no podrá tener un conocimiento profundo de ella. Nuestro saber tiene su origen en las palabras. Si usamos pocas palabras, el árbol de nuestros conocimientos será débil y quebradizo. Cuanto menos leamos, más pobre será nuestro vocabulario, más débil nuestro conocimiento y menos madura nuestra vida. 

Buenas noches.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Buenas noches. Lenguaje




No se puede pensar sin palabras, sin lenguaje. Si tu vocabulario es pobre, pensarás pobremente. Eso es lo que quiere el desgraciado que usa el poder en su propio beneficio: gente sin vocabulario, sin palabras, sin cultura, que no lea, que no piense, que no se dé cuenta de nada, que no se rebele y que obedezca. Y mucha gente le dice que sí. 

Buenas noches.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Buenas noches. Escuchar


El mundo es una colección, cada vez mayor y más desagradable, de ruidos. Muchos son ruidos absurdos, prescindibles, que llenan de una nada sonora el espacio y que lo único que consiguen es destrozar el silencio. Otros son palabras huecas, fofas, dichas sin piedad a todo volumen. Todos producimos una infinidad de ruidos, pero muy pocos callan y escuchan. Solo se crece escuchando.

Buenas noches.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Buenas noches. Sensibilidad



Vivimos rodeados de personas que necesitan atención, cariño, ayuda. A veces basta con una palabra, un gesto afectuoso, una pequeña acción. No debería agotarse tan pronto nuestra sensibilidad.

Buenas noches.

sábado, 14 de abril de 2018

Buenas noches. Abrazos




Abracemos con todo el cuerpo, y, también, con toda la mente. 
Que el abrazo esté siempre lleno de palabras, de paz y de cariño. 
Que tu mensaje le quede siempre claro a la persona abrazada. 
Que se detenga el tiempo para que del centro del abrazo brote en un instante la eternidad. 
Que se diluya el mundo en silencio para que solo quede el aroma del cariño que emana de un abrazo que une a dos en uno. 

Buenas noches.