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viernes, 24 de abril de 2015

Ética parta todos 31. Ni religión ni ética




Cada vez se entiende mejor por qué quieren religión y no quieren ética. 

Y, al final, están consiguiendo que muchos no quieran religión, pero tampoco ética. 

Lo están destrozando todo. 

Cuando se den cuenta de que también se han destrozado ellos mismos, ya será tarde.

viernes, 17 de abril de 2015

Ética para todos 30. La higiene en los alimentos



Por error, incluí en la última entrega una propuesta para analizar una norma sobre el uso de los teléfonos móviles que ya había sido analizada aquí. Por eso vamos a sustituirla por la siguiente:

“En los bares, panaderías y tiendas en las que se vedan alimentos, hay que extremar la higiene”.

Esta es una norma jurídica que aparece en diversas normativas y que exige que los trabajadores de este gremio posean, entre otras cosas, una vestimenta adecuada y un carné de manipulador de alimentos.

¿Es también una norma moral? Como siempre, hay que ver en qué valores se puede basar esta norma para que se justifique racionalmente si es moral o no. Parece claro que el gran valor que aparece aquí es el respeto al cliente, para que lo que compra se lo tome o se lo lleve en las mejores condiciones posibles.

Si yo estoy convencido de que debo respetar al cliente y no darle un producto malo o en malas condiciones a cambio de su dinero, me debo sentir obligado a cumplir esta norma. Cumple, pues, la primera condición, la de la autoobligación.

Parece también razonable que sería mejor que todos cumplieran esa norma, por lo que también cumple la condición de la universalización.

Si yo cumplo esa norma porque me parece buena, será algo que yo hago de forma desinteresada, incondicional, por lo que se cumpliría también la tercera condición y la norma podría considerarse como una norma moral.

Sin embargo, si yo cumplo la norma, no porque me parezca en sí misma buena, sino para procurar mantener la clientela y que me vaya bien el negocio, entonces estoy cumpliendo la norma por un interés mío, para obtener algo a cambio. En este caso, aunque esté bien que se cuide la higiene de los alimentos, la norma no sería una norma moral, sino una mera técnica comercial. El trabajador que actuase así no estaría actuando moralmente, sino como un negociante interesado. La diferencia está en la motivación con lo que uno hace lo que hace.

Tengo la impresión de que en nuestra sociedad esta norma se cumple mal y poco, que la ley no siempre se cumple y que, como en tantas otras facetas, la moral está ausente. Si vamos a varias panaderías, observaremos que fácilmente que en más de una nos darán el pan con la misma mano con la que toman el dinero que le damos, lo cual está prohibido, aparte de que supone una enorme falta de respeto al cliente. En los bares he observado últimamente conductas impresentables que algunos camareros ejecutan con sus manos y que no detallo aquí por no producir asco al lector. Me parece que la atención al cliente pasa por horas bajas en este país y que el neoliberal 'Todo vale' impera también en estas actividades, como si la ética y la ley pesaran poco en las conductas.

Para una próxima ocasión te propongo que pienses si puede ser moral o no la siguiente norma:

“La mujer debe obedecer al marido”

Espero que encuentres argumentos a favor o en contra de esta norma que justifiquen tu postura.

viernes, 10 de abril de 2015

Ética para todos 29. Ir desnudos por la playa



Teníamos pendiente el análisis de la norma siguiente:

'Debo respetar a quien quiera tomar el sol sin ropa en la playa, aunque no sea una playa nudista'

En mi opinión esta norma no debería tener excesiva importancia y, sin embargo, es fuente de discordia entre muchas personas. Quizás el motivo esté en la idea, extendida a partir de las religiones y de una mentalidad puritana y retrógrada, de que el cuerpo es malo, que es una fuente de 'pecado' y que hay que evitar mostrarlo en su integridad. Y es posible también que ello haya generado una peculiar idea de pudor, de vergüenza, que hace que algunas personas eviten ir desnudas, pero no eviten, por ejemplo, robar o ser violentas.

Esta manera de ver la vida, ya iniciada en el pensamiento platónico, heredada por el cristianismo y fomentada por regímenes políticos totalitarios, que la aprovechan para impedir las libertades de las personas, es una forma de no vivir la vida con naturalidad y de desperdiciar la ocasión de sentirse libres y de tener una mirada limpia sobre la realidad.

Es interesante saber que en el sistema jurídico español no existe ninguna norma que prohiba ir desnudos ni por la calle ni por la playa ni por ningún sitio. Por tanto, nadie nos puede llamar la atención por este motivo. Otra cosa es que algunas mentes interpreten una situación así como un escándalo público y que digan que van provocando o cosas por el estilo. Mentes con esta manera de pensar siempre las hay, pero no pueden evitar, por ejemplo, que se hagan manifestaciones en favor del uso de la bicicleta en la ciudad y que los ciclistas vayan desnudos. Por tanto, ninguna norma jurídica prohibe la desnudez en público.

¿Es una norma moral? La norma habla de respeto al otro. Si yo entiendo que respetar al otro, con independencia de mis ideas, es bueno, me sentiré obligado a permitir que se desnude en la playa y no le molestaré con ninguna observación. Si el respeto es importante y no me gusta ver los cuerpos desnudos, con no mirarle sería suficiente. Esto no les convencerá a las mentalidades totalitarias que pretenden que sus ideas, especialmente en este terreno, las profese todo el mundo, pero el problema no está en la desnudez, sino en la mirada del totalitario, que quiere abarcar e imponer lo que no tiene derecho a hacer.

¿Debería respetar todo el mundo esta forma de estar en la playa? Es evidente que sí. Quien no lo haga, posiblemente tenga algún problema dentro de sí que se lo impide.

Este respeto a la desnudez del otro ¿lo practico yo porque entiendo que respetar a los otros es bueno o porque obtengo algún beneficio con ello? Está claro que si lo que me mueve a mí es la idea de que el respeto es bueno, la acción será buena.

Parece claro que, con la actitud que hemos expuesto, de respetar y dejar vivir a los demás y sin pensar absurdamente que el cuerpo es algo malo y que hay que cubrirlo, la norma citada puede ser considerada como una norma moral.

Si cupiese un resumen práctico, este sería que yo tengo derecho a ir desnudo en la playa, pero no tengo derecho a imponer a nadie que vaya vestido, porque no soy quién para organizarle la vida nadie. La clave ética para actuar así no es más que el respeto a la vida de la otra persona.

Para la próxima ocasión te propongo que pienses sobre la siguiente norma:

“Hay que apagar el móvil en los actos públicos en lugares cerrados (cines, teatros, conciertos, conferencias, etc.)”


Si quieres que analicemos alguna norma, dímelo, por favor.

Nota. Después de publicado este post veo en la prensa lo siguiente


viernes, 3 de abril de 2015

Ética para todos 28. Cada cual tiene su ética, pero ...



No sé si habrás observado que en las reflexiones que venimos haciendo sobre las diferentes normas que vamos proponiendo, solemos argumentar usando expresiones tales como 'yo creo que …', 'a mí me parece …' o similares.

Considero que es importante parar un poco para explicar este asunto.

Las normas morales no son, en principio, universales, esto es, que no tienen por qué ser aceptadas y cumplidas por todo el mundo, sino que es posible que lo que yo considere que es una norma moral tú no lo consideres como tal.

Una norma moral no es un capricho de nadie, ni mío ni tuyo. Es una forma de actuación que -y esto es lo importante- debe ser razonable para quien actúa. Si yo voy a hacer algo, debo ser yo quien me lo justifique con razones, con argumentos, pero puede que a ti estos argumentos no te valgan, y estás en tu derecho. Por ejemplo, podría darse el caso de que para mí fuera aceptable y razonable ir al Museo del Prado vestido con un chándal y que para ti no lo fuera, porque lo consideraras una falta de respeto. O viceversa. Las normas morales, son por tanto, subjetivas, pero tienen también que ser argumentadas racionalmente por cada uno. No vale refugiarse en la subjetividad para que cada uno haga lo que le dé la gana.

No hay que olvidar, sin embargo, que tampoco somos tan distintos y que aunque la razón siempre funciona ligada a un contexto, lo habitual es que razonemos de manera muy parecida, que nos basemos en valores muy similares y que, en condiciones normales, pensemos que son buenas las mismas normas. Lo cual no implica que, en nombre de la moral, podamos imponer a una persona ninguna norma, si ésta no está convencida de que tal norma es buena.


Las normas que nos damos marcan nuestra forma de vida y esto es algo que debemos plantearnos personalmente cada uno, sin perder de vista que somos seres que vivimos con los demás en un mundo. Y esto también cuenta y mucho.

viernes, 27 de marzo de 2015

Ética para todos 27. No ir en bici por las aceras



La norma que teníamos pendiente para hoy era la que afirmaba que

'No se puede circular en bicicleta por una acera en la que no hay carril bici'.

¿Es esta una norma jurídica que haya que cumplir, por tanto, porque lo dice la ley? Pues esto es curioso, porque en España no hay ninguna norma estatal que diga nada al respecto. Al parecer, las competencias son de cada ayuntamiento, lo cual creo que es impropio de un país serio. No sé si en breve se resolverá el asunto jurídico.

Lo que nos interesa es si es una norma moral o no. El argumento básico me parece que se refiere a la seguridad y a la tranquilidad de los peatones, para los que en principio están pensadas las aceras. 

Yo he vivido el susto de ir por una acera y adelantarme sigilosa, pero velozmente, un ciclista, de tal manera que si se me hubiese ocurrido variar un poco mi dirección, me hubiese atropellado, cosa que un peatón no me hubiese hecho. O ir subiendo una cuesta y encontrarme bajándola a gran velocidad a dos o tres ciclistas, con el consiguiente riesgo para mi integridad. He visto también tomar una curva en una acera a gran velocidad a un individuo montado en una bicicleta, sin saber si al otro lado de la curva había alguien o no. He observado también a multitud de ciclistas que no respetan las normas de circulación de vehículos: semáforos, pasos de cebra, luces, etc. En particular, he visto a muchos de ellos cruzar a gran velocidad pasos de cebra como si fueran peatones, sin pensar que un conductor de un coche no tiene por qué esperar que por tal lugar circule nadie de esa manera.

En mi opinión, los ciclistas deberían circular por los carriles bici, si los hay, y si no, por la calzada, como cualquier otro vehículo. Entiendo que crean que eso es peligroso, pero también lo es para el peatón que vaya por la acera, y eso tendrían que tenerlo en cuenta.

Si yo fuera en bicicleta ¿me sentiría obligado a no circular por las aceras? Con lo arriba expuesto, creo que sí. No vería aceptable circular entre los peatones.

¿Deberían seguir esa norma todos los ciclistas? Creo que sí. Si a todos los viandantes se les ocurriera ir en bicicleta por las aceras, andar sería prácticamente imposible. Y si una norma no puede ser universalizable, es que no es buena.

¿Obtendría yo, ciclista, algún beneficio no circulando por la acera o me abstendría de hacerlo porque considerara razonable la norma? Es evidente que sería por lo segundo, porque, en todo caso, queriendo ir por la acera en bici y no haciéndolo, obtendría más bien un perjuicio.

Por tanto, si lo hago por las razones expuestas, la norma de no ir en bicicleta por las aceras sería una norma moral.

Para la próxima ocasión, dado que ya parece que viene el calor, te propongo que pienses la siguiente norma:

'Debo respetar a quien quiera tomar el sol sin ropa en la playa, aunque no sea una playa nudista'

Ya me dirás qué te parece esta norma.



viernes, 20 de marzo de 2015

Ética para todos 26. No discriminar a las mujeres.



Vamos a considerar hoy la norma que habíamos dejado pendiente en la entrega anterior y que decía que

“No se puede discriminar a las mujeres por el hecho de ser mujeres”

¿Es esta una norma jurídica? Según lo que yo sé, en estos momentos no lo es, aunque tengo entendido que el PSOE ha presentado una proposición de ley en el sentido de eliminar estas discriminaciones.

Nos interesa, sobre todo, analizar si la norma en cuestión es moral o no lo es. El argumento en el que hemos de fijarnos es el de la igualdad básica y fundamental de todos los seres humanos, sea cual sea su sexo. Este es uno de los adelantos humanos más importantes habidos a lo largo de la historia. Ciertamente no todos lo admiten, aunque sean pocos los que se atrevan a decirlo públicamente, pero salvo que se sea una persona muy ignorante o con muy poca sensibilidad para lo humano, creo que lo normal es admitir esa igualdad de derechos de todas las personas. Quien siga pensando hoy que las mujeres son seres inferiores a los hombres muy poco habrá avanzado en el camino de convertirse en un ser humano justo y maduro.

¿Me puedo sentir yo obligado a no discriminar a las mujeres por ser mujeres? Parece evidente que si estoy convencido de la igualdad de derechos de todas las personas, esto será para mí sumamente importante y yo mismo me obligaré a darles a todos un trato igualitario.

¿Es universalizable esta norma? ¿Deberían cumplirla todos los seres humanos? Es evidente que sí, que resultaría un mundo más justo si todos cumpliéramos esta norma.

¿Cumpliría yo esta norma porque con ello obtendría algún beneficio o mi motivo sería simplemente que es una norma buena y que se debe cumplir? Parece claro también que lo que me mueve a mí a no discriminar a las mujeres es que yo la considero una norma justa, buena y racional.

Por tanto, cumple las tres condiciones que les pedíamos a las normas morales y podemos afirmar que esta norma es una norma moral.

Precisamente la lamentable frecuencia con que se le da un trato discriminatorio a las mujeres es un síntoma muy claro del bajo nivel moral de nuestra sociedad. Un Gobierno justo debería tomar medidas encaminadas a eliminar estas discriminaciones y a educar a los ciudadanos en la igualdad y en la justicia.

Para una próxima ocasión te propongo que analices el carácter de la siguiente norma:

'No se puede circular en bicicleta por una acera en la que no hay carril bici'

Me gustaría que me dijeras qué te parecen estas normas.






viernes, 13 de marzo de 2015

Ética para todos 25. Urgente




Hubo una época reciente, cuando el neoliberalismo económico y su 'Todo vale' comenzó su auge, que la ética se vino abajo para sufrimiento de quienes tenían aún un sentido de lo humano. Esta caída de la ética está alcanzando actualmente caracteres de tragedia, por la velocidad con la que avanza y por la brutalidad con la que se generaliza. Cada uno de nosotros tiene algo que hacer. Es urgente.

viernes, 6 de marzo de 2015

Ética para todos 24. Pintadas



Teníamos pendiente el análisis de la norma siguiente:
“No debo hacer pintadas en paredes que no sean de mi propiedad.”
Lo que plantea esta norma no es sólo un asunto estético, sino, sobe todo, jurídico y ético. ¿Tengo yo derecho a pintar algo, aunque sea bonito, en una pared que no es mía?

Creo que está claro que desde un punto de vista jurídico no podemos hacer uso de lo que no es nuestro. De hecho, cuando la policía detiene a algún grafitero le suelen imponer una multa suculenta.

¿Puede considerarse una norma ética? Veamos.

Si considero que el respeto a la propiedad de los demás es importante y que yo no puedo alterarla, aunque sea pintándole algo que yo crea que es bonito, entonces me podré sentir obligado a cumplir esa norma y abstenerme de hacer pintadas en lugares que no sean de mi propiedad.

De la misma manera, si considero que esa norma es buena, entenderé que deba cumplirla todo el mundo.

¿Cumplo yo esa norma para obtener algún beneficio? Es evidente que no. Si lo hago es exclusivamente porque entiendo que es una norma buena.

Por tanto, cumple las tres condiciones de las normas morales y podemos afirmar que esta norma es de este tipo.

Sin embargo, la ausencia tan brutal de sentido ético que hoy padecemos hace que hoy muchos jóvenes crean que esto se puede hacer, siempre que la pintada sea 'guapa' (desde su propio punto de vista, claro está) Me parece que entre estos grafiteros hay personas enfermas que sienten la necesidad de afirmar su personalidad dejando su huella, aunque sólo sea su firma, por las paredes. El 'todo vale' ha llegado también a este campo y cada vez más las ciudades se llenan de vallas, puertas de comercios, fachadas o escaparates estropeados por la acción vandálica de estos tipos sin ningún miramiento y sin ningún respeto.

Para una próxima ocasión te propongo que analices la norma:
“No se puede discriminar a las mujeres por el hecho de ser mujeres”
Espero que aportes tus opiniones o tus comentarios.



miércoles, 4 de marzo de 2015

Ética para todos 23. Hay que cumplir normas



Nunca termina uno de construirse como persona, de convertirse en un verdadero ser humano. En el fondo, la vida no es más que la tarea inacabable de intentar llegar a ser lo que uno es.

Pero el ser humano es un ser que crece únicamente cumpliendo normas, porque ni puede estar constantemente improvisando ni lo más propio de su vida es dejarse llevar por sus caprichos o por sus apetencias. Para cualquier cosa que haga deberá siempre seguir unas normas y, además, no cualquier norma, sino aquellas que lo humanicen, que lo desarrollen como un ser social y que pueda justificarse racionalmente él mismo. Quien vive sin seguir unas normas buenas, idóneas, adecuadas, permanece en un estado animal del que debería salir para humanizarse.

Digo esto porque, en general, carecemos cada vez más de una formación humana que nos haga ser personas. Y cada vez aparecen más seres que no sólo no cumplen normas, sino que no tienen ninguna noción de que deben hacerlo. Se está dando, en mi opinión, una vuelta atrás enorme y trágica, una animalización de la sociedad.

Hace pocos días me encontré con un ejemplo de esto que digo. Entré en el garaje de una urbanización que tiene forma de herradura, con un sentido determinado de circulación dentro de él y con una velocidad máxima permitida. Me encontré allí a un tipo joven, que circulaba en una moto a gran velocidad y en sentido contrario al establecido. Era todo un peligro para cualquiera que pudiera acceder al garaje y se lo encontrara avanzando en un sentido inusual. Me armé de valor, lo paré y le hice ver lo que estaba haciendo. El individuo, que no vivía en la urbanización, sino que era amigo de un vecino, lejos de pedir disculpas, o de sorprenderse, al menos, por que iba en dirección contraria, o de caer en la cuenta de que estaba poniendo en peligro posibles vidas, entre ellas la suya, lejos de eso, se le ocurrió decirme:

-Tiene usted razón sólo en parte.

Me di cuenta enseguida de que estaba hablando con un ser a medio hacer, una persona que tenía forma humana, pero que no sabía vivir como un ser humano. El muy bruto me explicó que como no había en ese momento nadie en el garaje, que no había peligro, que hacía año y medio que no usaba la moto y que la estaba probando, cosa que, al parecer no quería hacer en la calle y sí en el interior del garaje. Dado que con un ser así no se podía hablar, me di media vuelta y me fui. Pensé en llamar a la policía, pero aquí sólo acuden a cosas importantes.

Traigo este caso como ejemplo de persona ajena a la moral, que no cumple normas ni las deja de cumplir, sino que hace lo que le pide el cuerpo, sin más miramientos. Sospecho que este comportamiento responde también a alguna carencia mental, a la costumbre de no pensar ni razonar, que da lugar a este tipo de especímenes, tan cercanos al animal y, desgraciadamente, tan abundantes. Vamos mal.


En la próxima ocasión comentaremos la norma que tenemos pendiente.

viernes, 20 de febrero de 2015

Ética para todos. 21. No escupir en el suelo



La norma prevista para hoy era la que dice que
“No se debe escupir en el suelo”.
Probablemente sea algo que a ti, lector o lectora, no te guste hacer y, mucho menos, te guste presenciar. De lo que se trata aquí es de que veamos por qué es una norma que debe cumplirse y qué tipo de norma es.

¿Es una norma jurídica? Recuerdo que hace algún tiempo en los autobuses solía haber unos carteles que decían: “Prohibido hablar con el conductor” y “Prohibido escupir”. Cuando apareció la moda de eliminar las prohibiciones, esas placas desaparecieron y es verdad que parece que no vamos escupiendo en los transportes públicos. No conozco que actualmente esa prohibición figure en ningún código, por lo que me atrevería a decir que no es una norma jurídica.

¿Es una norma moral? Veamos si cumple las tres condiciones.

¿Por qué no es bueno escupir en el suelo? En la boca -y en la saliva- existen multitud de bacterias, aunque estemos sanos. Si no lo estamos, por ejemplo, si tenemos un resfriado, en la saliva hay también virus correspondientes a nuestra enfermedad. En este caso, además, cuando escupimos, podemos expulsar la mucosidad cargada de gérmenes asociados al resfriado. Si todo esto queda expuesto, por ejemplo, en el suelo, pueden venir fácilmente insectos que los transporten a alimentos o a zonas en las que te puedes contagiar. Escupir, por tanto, es expulsar fuera posibles focos de infección.

Si yo considero que es bueno no escupir para evitar contagiar a los demás, entonces puedo sentirme yo mismo obligado a cumplir esta norma, que es lo que dice la primera condición.

¿Es tan buena la norma que todo el mundo debería cumplirla? Evidentemente, sí. Cumple también, así, la segunda condición.

¿Obtengo yo algún beneficio cumpliendo la norma? Está claro que no. En todo caso, el beneficio lo obtendrán los demás. Si, además, yo cumplo la norma porque la considero buena y sana, entonces cumplirá también la tercera condición.

Podemos afirmar, por tanto, que la norma de no escupir en el suelo es una norma moral.

Es muy importante que veamos las razones que justifican estas normas -las que se consideran de buena educación- para no cumplirlas como autómatas, sino sabiendo lo que hacemos y por qué lo hacemos.

Te propongo que analices para la próxima ocasión la siguiente norma:
“No debo hacer pintadas en paredes que no son de mi propiedad.”
Si tienes algún comentario que hacer sobre lo que hemos visto, no dudes en hacerlo.



viernes, 13 de febrero de 2015

Ética para todos. 21. Hay que quitarse el sombrero



Nos tocaba analizar hoy la norma que dice que
Los caballeros deben quitarse el sombrero o la gorra cuando entren en un lugar que esté bajo techo
Esta era una norma muy común en nuestra sociedad hasta hace unos años, aunque hoy haya caído en desuso entre casi todo el mundo.

Conviene decir que las normas sociales, esas que llamamos 'de buena educación', no son caprichos que se le ocurren a alguien y que se empeña en que los demás los cumplan. Realmente las normas siempre responden a alguna razón o, en el peor de los casos, a algún interés. Una verdadera educación, racional y crítica, lo que debe procurar es que cada persona sepa las razones que justifican -o los intereses que inspiran- las normas que se encuentra, para que sea ella misma quien decida si las cumple o no. Lo que carece de sentido es cumplir o no cumplir una norma sin saber lo que se está haciendo.

En el ejemplo de ir con la cabeza cubierta en espacios cerrados hay una razón de peso que justifica esa norma. Es la siguiente. El calor corporal tiende -como todo lo caliente- a subir por nuestro cuerpo y a escaparse por la cabeza. Buena parte de nuestro calor nos abandona así. Es por eso que un día de mucho frío agradecemos llevar puesto un gorro, porque así evitamos que nuestro calor corporal se escape y nos deje fríos. Pero si en lugar de estar en el frío de la calle, nos introducimos en un local cerrado, en donde no hace frío ninguno, ¿qué le ocurre a nuestro cuero cabelludo si va cubierto por un gorro? Pues que en él el calor es enorme, porque el calor que tiende a salir es retenido allí por el gorro. Lo que empieza así a sufrir es el pelo, sometido a un calor excesivo. Si esta situación se repite, no es raro que el pelo se caiga, al no soportar una situación de temperatura anormal. Es lo que ocurría en los pueblos cuando los hombres llevaban constantemente la boina puesta, tanto para trabajar, como para pasear o para comer. Incluso alguno se la ponía para dormir. Pasado un tiempo, aparecía la calvicie y la boina, entonces, servía para calentar la cabeza calva. Intentando evitar este problema, surgió la norma de quitarse el sombrero en los interiores.

Es verdad que esta norma se refiere a los hombres, pero ¿por qué no a las mujeres? Aquí aparece el carácter machista de la norma. Si para el machista la mujer debe estar ante todo bella, ¿cómo se va a quitar el lindo sombrero que lleva puesto, posiblemente con horquillas, para aparecer despeinada y desprovista de su llamativo adorno?

Hoy es bastante común ver a jóvenes en verano con la gorra puesta en cualquier sitio, incluso en conciertos en donde hace mucho calor o en el interior de locales cerrados. No sé si saben lo que hacen, pero el riesgo de que se queden calvos pronto lo llevan encima.

¿Es esta una norma jurídica? Evidentemente, no. ¿Es una norma moral? Es evidente que tampoco, pero lo formativo es analizar por qué no lo es. ¿Es una norma tan buena que me puedo yo sentir obligado a cumplirla? Puede ser que sí lo vea yo así. ¿Deberían cumplirla todos, por ser tan buena? Posiblemente, también. ¿Se cumple porque es buena o porque a cambio yo obtengo algún beneficio? Yo creo que se cumple para no perder el pelo -o para estar más atractivo, que da igual- y eso hace que no se cumpla esta condición de las normas morales. Por tanto, es una norma saludable, pero no es una norma moral.

Para una próxima ocasión te propongo que analices la norma:
“No se debe escupir en el suelo”
Cualquier opinión que tengas sobre estos asuntos nos puede ser de utilidad a algunos. Exprésala. Gracias.



viernes, 6 de febrero de 2015

Ética para todos 20. ¿Es obligatorio votar?



La propuesta para hoy era analizar la norma

Votar es obligatorio”.

¿Es una norma jurídica? Aunque hay algunos países en los que existe la obligación legal de votar, como, por ejemplo, en Bélgica o en Grecia, en el resto se considera que votar es un derecho, no una obligación legal. Incluso en esos países se detecta una cierta relajación de esa obligación. En España, por tanto, no es obligatorio votar.

¿Es una norma moral?

La primera condición es que nosotros mismos nos sintamos obligados a votar. Creo que esto depende de lo que entendamos por ser ciudadano. Si ser ciudadano es sentirse parte activa de la sociedad, esto es, participar en la vida y en las decisiones que afecten al conjunto de ciudadanos, a través de los partidos, los sindicatos, los diversos órganos de participación y de las elecciones, entonces podemos considerar que nuestro deber es votar como un acto más de participación y de ejercicio de la democracia. Si, por el contrario, entendemos que nos basta con soportar lo que decidan otros, que la sociedad no es cosa nuestra y que no debemos meternos en cuestiones políticas, entonces no sentiremos esa obligación, pero porque tampoco nos sentiremos ciudadanos.

¿Sería bueno que votaran todos los ciudadanos? ¿Sería una norma universalizable? Parece que lo que importa en una democracia es que se tenga en cuenta el parecer de todos. Ya sabemos que tanto las dictaduras como las abstenciones pueden traer consigo la formación de mayorías absolutas de posibles consecuencias muy perniciosas. Parece, entonces, que todos deberíamos votar para poder construir una vida democrática y por el bien de todos los ciudadanos.

¿Es un acto incondicional? Este aspecto no es del todo sencillo de ver. Hay que comprender, para ello, que lo democrático es que en una votación nos decidamos por la opción que creemos que es la mejor para todos, no la que se ajusta más a nuestros propios intereses. La democracia no es un medio que podamos utilizar para beneficiarnos nosotros, sino para que resulte la opción más justa para todos o, al menos, para la mayoría. Esta utilización de la democracia para el provecho propio es una práctica antisocial que se debe evitar en una democracia sana. Un ciudadano cabal debe buscar siempre el bien común y no utilizar las instituciones en su propio beneficio. Entendida así la democracia y las votaciones, sin duda que éstas son actos incondicionales, que se realizan porque se entiende que son buenos, no para aprovecharse de ellas.

Queda puesto de manifiesto que en las condiciones que hemos expuesto, la acción de votar puede ser la consecuencia de una norma moral, y así lo han entendido muchos pensadores y políticos a lo largo de la historia, aunque hoy estas cuestiones difícilmente se planteen entre nosotros.

Para la próxima ocasión, te propongo que analices esta norma:

Los caballeros deben quitarse el sombrero o la gorra cuando entren en un lugar que esté bajo techo

Si no estás de acuerdo con algunas de las ideas expuestas aquí, me gustaría mucho que lo expresaras. Gracias.


viernes, 30 de enero de 2015

Ética para todos 19. La forma de toser



Teníamos pendiente el análisis de la norma que habíamos propuesto:

'Si vas a toser, debes taparte la boca con un pañuelo o con el brazo, pero no con la mano'

Podríamos considerar ésta como una norma higiénica, pero no como una norma jurídica, puesto que no se encuentra en ningún código que nos obligue a hacerlo o nos pueda sancionar si no la cumplimos.

¿Es una norma ética? Como siempre, tenemos que ver la racionalidad de la norma, cuál es el argumento que hace que la norma sea buena. Esa razón, como siempre, va a ser la que nos va a hacer ver la posible importancia ética de la norma. Tal razón no es otra que la de evitar el contagio de nuestra enfermedad a otras personas.

Cuando tosemos como consecuencia de una enfermedad infecciosa que padecemos, estamos expulsando al aire partículas de saliva que pueden estar impregnadas de algún elemento nocivo que le puede comunicar nuestra enfermedad a alguien que reciba nuestra saliva. Hay una forma muy común de transmitir un resfriado, por ejemplo, o una gripe que consiste en taparse la boca con la mano al toser. Las partículas nocivas que se expulsan con la saliva quedan entonces en la mano con la que se ha tapado la boca. Si esa mano la pones en la barra del autobús o saludas con ella a alguien con quien te encuentras, puedes depositar ahí la saliva contaminada y transmitir fácilmente tu enfermedad. Por eso, cuando tosemos, no debemos taparnos la boca con la mano, sino con un pañuelo desechable o con el brazo, zona que difícilmente entrará en contacto con otra persona o con algún objeto que otra persona pueda tocar.

Este es el argumento. El motivo de esta forma de toser es evitar el contagio de las personas que nos rodean. ¿Es ésta una norma ética?

¿Considero yo esto tan importante como para que me sienta obligado a toser de esta manera? Yo creo que sí, porque debo evitar hacer daño a quienes me rodean y debo procurar no trasmitirle mis enfermedades.

¿Es una norma tan buena que deberíamos cumplir todos? Es evidente que sí, que debería ser universalizable.

¿La cumplo yo porque es una norma buena o porque cumpliéndola recibo yo algún beneficio? Parece que claramente la cumplo porque es una norma buena y no para obtener ningún beneficio personal.

Por tanto, esta norma cumple las tres condiciones exigidas y podemos afirmar que es una norma ética.

Vemos también cómo la ética, la forma ética de vivir, se manifiesta en cualquier pequeño detalle, que debe ser analizado racionalmente para que nuestro comportamiento sea humano y bueno.

Para la próxima ocasión te propongo el análisis de la siguiente norma:

Votar es obligatorio”


Tu opinión o tus dudas sobre estos asuntos son muy importantes. No te prives de expresarlas, porque seguramente nos vendrán muy bien a algunos. Gracias.

sábado, 24 de enero de 2015

Ética para todos 18. Repaso



Hoy vamos a hacer un repaso de lo que hemos visto hasta ahora en estas reflexiones sobre la ética y su papel en la vida del ser humano.

  1. Partimos de que el ser humano no está solo en el mundo, sino rodeado de personas y de cosas.
  2. Vivir es establecer algún tipo de relación con eso que nos rodea en el mundo.
  3. La pregunta que cualquier ser humano debe hacerse es: ¿Cómo debe ser esa relación que un ser humano establece con las personas y con las cosas con las que se relaciona?
  4. Esa relación, como todo lo que hace el ser humano en su vida, sigue unas normas, unas pautas. No se puede hacer nada sin seguir alguna norma.
  5. ¿Cómo deben ser las normas que debo seguir para relacionarme en el mundo?
  6. Descubro que hay muchos tipos de normas, pero las que me dicen cómo debe ser mi relación con las personas y con las cosas se llaman normas éticas.
  7. Las normas éticas no me las impone nadie desde fuera, sino que me las impongo yo mismo, y si no las cumplo, nadie me va a imponer una sanción. Seré yo mismo el que sentirá que mi conciencia me dice que no he actuado bien.
  8. Las normas éticas tienen 3 características:
    1. Las encuentro tan razonables y tan buenas, que yo mismo, sin que me lo diga nadie, me siento obligado a cumplirlas.
    2. Considero que, al ser tan buenas, todo el mundo debería cumplirlas.
    3. No las cumplo para conseguir con ello algo bueno para mí, sino porque en sí mismas son normas buenas que deben cumplirse. Lo que me mueve a cumplirlas no es lo que se consigue, sino el hecho de hacer algo que es bueno y que, por tanto, debe hacerse.
  1. Las normas que yo me doy dependen de mis valores, de lo que yo considere importante. Si para mí el respeto es un valor importante, me daré la norma de respetar a las personas y las cosas. Si no lo es, la norma será, entonces, la de tratarlas de cualquier manera.
  2. Desde el punto de vista de la ética, yo no actúo por conveniencia, ni por interés, ni porque me apetezca hacer algo, sino por deber, porque descubro que lo humano es actuar de una determinada manera y que yo debo actuar así.


El próximo día analizaremos la norma que teníamos pendiente sobre la forma de toser.

domingo, 18 de enero de 2015

Ética para todos 17. Hay que usar los intermitentes



Para hoy proponíamos que pensaras sobre la norma siguiente:

'Cuando voy a cambiar de carril, debo indicarlo con el intermitente correspondiente'.

Como habrás observado, es una norma que cada vez cumplen menos personas, cosa que constituye un peligro importante para la seguridad de los peatones y de los conductores, incluidos los mismos que no suelen indicar su cambio de carril con las luces de los intermitentes.

Por supuesto que es una norma jurídica, puesto que así viene indicado en el Código de la circulación. Por tanto, debe cumplirse y si no lo hacemos, nos pueden imponer una sanción.

Pero, además de jurídica ¿es una norma moral? Ya sabemos que las normas morales son aquellas que (1) me siento yo mismo obligado a cumplir, porque estoy convencido de que son buenas, sin que me fuerce nadie a hacerlo, (2) sería bueno que las cumpliera todo el mundo y (3) se cumplen porque en sí mismas son buenas, no porque si lo hacemos lograremos algún beneficio. Veamos lo que ocurre en este caso.

Poner los intermitentes sirve para indicarle a los conductores y a los peatones lo que pretendemos hacer con el vehículo. Eso es bueno porque puede evitar accidentes y porque puede hacer más fluida la circulación. Si yo entiendo que eso es bueno, lo hago, no sólo porque me obligue el Código, sino porque entiendo que es bueno, y lo bueno debe hacerse. Así que cumple la primera característica.

Como es bueno y lo es para todos, todos los conductores deberían cumplir esa norma. Es, por tanto, una norma universalizable, que es la segunda característica de las normas morales.

Si yo pusiera los intermitentes únicamente porque eso me aportara a mí algún beneficio, entonces no sería algo incondicional, que es lo que dice la tercera condición. Pero normalmente los intermitentes se ponen también -y, sobre todo- para informar a los demás, porque a los demás les viene bien saber cuáles son nuestras intenciones. En la mayor parte de las veces, no ganamos nada haciéndolo, sino que es una norma racional de cortesía que tenemos con los demás y que nosotros cumplimos porque es buena.

Por tanto, la norma propuesta sí es una norma moral, sí es algo racional y humano que deberíamos cumplir para beneficio de la sociedad y para hacer buenas nuestras relaciones con los ciudadanos.

Para la próxima ocasión, intenta analizar la norma siguiente:

'Si vas a toser, debes taparte la boca con un pañuelo o con el brazo, no con la mano'

Recuerda que tienes el correo mcetica@gmail.com para cualquier duda que tengas.



viernes, 9 de enero de 2015

Ética para todos 16. ¿La mujer debe obedecer a su esposo?



Retomamos hoy estas reflexiones sobre la ética, dado que un par de amables personas me han pedido que continúe.

Habíamos propuesto el último día el análisis de la siguiente norma:

La mujer debe obedecer siempre a su esposo.

Es evidente que esta norma entra dentro del machismo, esa lacra social que arrastramos lamentablemente desde hace siglos. El machismo es una forma de discriminación que se caracteriza por la supuesta superioridad que algunos hombres creen interesadamente que tienen sobre las mujeres, a las que consideran seres de segunda que tienen que obedecer sus órdenes.

Esta norma no es jurídica, a menos que aún quede alguna ley trasnochada en la que figure semejante falta de respeto hacia las mujeres. Recuerda que hasta hace bien poco, la fórmula que usaba la Iglesia católica para el rito del matrimonio incluía una pregunta a la mujer sobre si estaba dispuesta a obedecer al marido. Al hombre, en cambio, no se le preguntaba si iba a obedecer a la mujer. Era un machismo bendecido, como tantas otras veces, por el poder de la Iglesia.

¿Será una norma moral? ¿Por qué? Recordemos que para que una norma sea moral (1) me tengo que sentir obligado a cumplirla, (2) sería bueno que la cumpliera todo el mundo y (3) no se cumple porque se obtenga alguna ventaja con ello, sino porque se considera buena. Todo ello, claro está, convenientemente justificado racionalmente con argumentos suficientes.

Si soy mujer, ¿me puedo sentir yo obligada a obedecer a mi esposo? Si soy hombre ¿puedo obligar a mi esposa a que me obedezca? Es evidente que, a menos que se sea machista, no se puede justificar tal obligación. La razón es bien sencilla: hombres y mujeres somos iguales y tenemos los mismos derechos. Un hombre no puede obligar a ninguna mujer a que, por ser mujer, le obedezca. Eso es no respetarla como persona, no tratarla como un ser humano. Esa supuesta obligación es injustificable. Por tanto, no cumple la primera condición.

Por el mismo argumento, no sería bueno que todas las mujeres tuvieran que obedecer a sus maridos, así que la segunda condición, tampoco la cumple.

Una persona moralmente sana no verá nunca como buena esta norma y no podrá admitir como justificada la posible ventaja que los hombres obtendrían si las mujeres les obedecieran. Esto es precisamente lo que va buscando el machista, este es el interés que tienen en que las mujeres se consideren inferiores: les viene bien a ellos porque así podrán ordenarles lo que les plazca. Pero es un interés que nunca podrá justificarse racionalmente. Tampoco, pues, cumple esta condición.

Por tanto, la norma propuesta no es una norma moral.

Para la próxima ocasión, te propongo que veas si es jurídica y/o moral la norma siguiente:

'Cuando voy a cambiar de carril, debo indicarlo con el intermitente correspondiente'.

Recuerda mi dirección mcetica@gmail.com, por si la necesitas.


viernes, 19 de diciembre de 2014

Ética para todos 15.

Cerrado por vacaciones.

Reflexionando sobre lo acertado o no de seguir con esta sección.


Pasa unas felices fiestas.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Ética para todos 14. Hay que apagar el móvil en los espectáculos



Propusimos para esta semana el análisis de esta norma:
Cuando se va al teatro, al cine o a cualquier espectáculo que tenga lugar en una sala cerrada en la que deba haber silencio, hay que apagar el teléfono móvil.”

Cualquiera puede observar lo frecuente y lo molesto que es estar en uno de estos espectáculos y que suene un teléfono móvil. Yo he visto a personas que no se cortan en absoluto y que se ponen incluso a contestar la llamada sin el menor rubor.

¿Es esta una norma jurídica? ¿La ordena alguien o alguna ley y, en caso de que no la cumplamos, nos pondrán alguna sanción? No. Esto no aparece en ninguna ley. De hecho, en los espectáculos “ruegan” que se apaguen los teléfonos, no lo ordenan. Por tanto, no es una norma jurídica.

Pero sí es una norma moral. Y es una norma que deja en evidencia con toda claridad la baja calidad moral -y, por tanto, humana- de quien no apaga el teléfono antes de que empiece un espectáculo.

¿Qué es lo que hay que pensar en relación con el teléfono móvil y los espectáculos? Pues algo muy sencillo y que sólo exige un poco de sensibilidad y otro poco de sentido común. En un concierto, en una obra de teatro o en una conferencia hay, por una parte, unos profesionales que están haciendo su trabajo y que deben ser respetados escrupulosamente. Si nos ponemos en lugar de los actores o de los músicos -es lo que hay que hacer siempre: ponerse en el lugar de quienes van a sufrir las consecuencias de nuestra acción- y nos imaginamos que en mitad de nuestro trabajo suena un móvil, creo que entenderemos fácilmente la falta de racionalidad y de humanidad que esto supone.

Pero no es sólo esto. Es que el espectador que no ha apagado su móvil no está solo en la sala -ni en el mundo-. Junto a él hay otros muchos espectadores que han pagado la entrada y que tiene derecho a vivir la obra en las mejores condiciones posibles, sin interrupciones evitables y sin ruidos que les desconcentren y les distraigan. Que suene el móvil en mitad de un espectáculo es una desconsideración de muy mal gusto hacia los trabajadores y hacia los espectadores.

Veamos que, pensando de esta manera, esta norma resulta claramente una norma moral.

En efecto, si yo estoy convencido de que hay que respetar a los demás y de que hay que evitar cualquier molestia innecesaria, me sentiré autoobligado no sólo a apagar el móvil, sino también a no hablar, a no hacer ruidos con los papeles de los caramelos y a evitar cualquier acción que interfiera negativamente en lo que se está haciendo allí entre todos.

Es también una acción incondicional, porque la razón por la que se apaga el móvil no nos beneficia a nosotros, sino a los actores y a los espectadores. No deja de ser sintomático de la actitud poco cultivada de quien no lo apaga, que no ponga los medios adecuados para disfrutar él mismo de la función en las mejores condiciones posibles. La acción de apagar el móvil cobra valor humano cuando se hace para no molestar. Entonces es incondicional. Quizá uno de los problemas de nuestra sociedad sea que no es frecuente que hagamos algo para no molestar a los demás, sino porque nos favorece a nosotros. Pero estas actitudes ya caen fuera de la moral y de lo humano y entran dentro de la selva.

Es también una acción claramente universalizable, en el sentido de que sería bueno que todos los espectadores lo hicieran. De hecho, cuando eso ocurre, todos -actores y espectadores- pueden gozar mucho más del espectáculo.

Como vemos, la ética no es más que el resultado de plantearse el hecho de que estamos en el mundo rodeados de personas y de cuál debe ser nuestra relación con ellas. Y esta relación es en algunos casos muy clara: o las respetamos -y actuamos como seres humanos- o no las respetamos -y actuamos como animales.

Te propongo que analices la siguiente norma para la próxima semana:
La mujer debe obedecer siempre a su esposo”

Ya me dirás lo que te parece y por qué.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Ética para todos 13. Matar al perro


Instalación de Ai Weiwei

Vamos a considerar el carácter de la norma siguiente:

Si mi perro ya no me sirve para cazar, lo puedo matar.”

Creo que en un mundo civilizado debería estar prohibido por la ley matar perros. No entramos aquí ahora en los casos de otros animales. Ignoro cuál es la situación legal en España. Los hechos terribles que ocurren en otros países tampoco los vamos a considerar. Simplemente quiero señalar que en Castilla-La Mancha, territorio autonómico peculiarmente gobernado, se aprobó hace poco una ley que permite matar perros y gatos, con el escándalo consecuente de los ciudadanos más concienciados y con más sensibilidad que los diputados del PP de esa Comunidad.

Centrémonos en el asunto de si la norma citada tiene carácter de norma moral o no. Se considera el caso de los perros de caza, en donde se dan episodios frecuentes de una crueldad enorme, pero se podría aplicar, por ejemplo, a cualquier perro callejero.

Todas las normas que rigen nuestra conducta se apoyan en valores. Según lo que consideremos valioso, así serán las normas que nos daremos para actuar. Por ejemplo, quien considera que el saber es un valor se dará la norma de leer, estudiar y poner los medios para incrementar sus conocimientos. O quien considere un valor la belleza de su cuerpo, se lo cuidará con normas que le procuren una alimentación y unos ejercicios adecuados. Se comprende que quien considere valioso el cine no es lógico que se dé la norma de no acudir nunca a ver una película. Por tanto, según sean nuestros valores, así serán nuestras normas.

¿Qué valores habría que considerar en el caso de los perros? Parece claro que un ser humano, racional y sensible, debe incluir entre lo que se considere valioso el respeto a la vida de las personas, de los animales y de la naturaleza, en general. Además, encontrará razonable evitar la crueldad y la comisión de actos innecesarios que causen daño al resto de seres.

Según esto, un ser humano se debe sentir autoobligado a respetar a los perros y a no cometer con ellos acciones que les causen daño alguno. La norma en cuestión, por tanto, ya no puede ser considerada como moral, porque el primer requisito para que lo sea no lo cumple.

No parece que la norma citada sea muy incondicional, puesto que si se mata a los perros inservibles para la caza, posiblemente sea porque se va buscando ahorrarse su mantenimiento o algo por el estilo. Tampoco cumple, pues, la segunda condición.

Con toda claridad se ve que la norma no puede ser universalizable, porque lo impide el respeto a los animales que consideramos valioso.

La norma que hemos considerado no cumple, por tanto, ninguna de las condiciones necesarias, por lo que podemos afirmar que no es una norma moral y que, consecuentemente, matar un perro de caza es una inmoralidad.

Alguien podría aducir que no tiene por qué respetar a los animales, que a las personas, sí, pero a los animales, no. A esta persona, en mi opinión, habría que decirle que el hombre va evolucionando con el paso del tiempo y que cada vez debe ser más civilizado y culto, so pena de quedarse en un estado de embrutecimiento propio de otras épocas. Hay actitudes que hoy no pueden ni deben ser mantenidas ni defendidas, y esta me parece que es una de ellas.

Además, en el año 1978, la UNESCO -y, posteriormente, la ONU- aprobó la Declaración universal de los Derechos del Animal. Al igual que la que hace referencia a los Derechos Humanos, no es una ley que obligue a nadie bajo sanción, pero es una llamada de atención a las naciones para que en sus leyes se recoja el contenido de esta Declaración. Es muy breve y muy clara. Te invito a que la leas en este enlace.

Te sugiero que pienses en esta otra norma:
Cuando se va al teatro, al cine o a cualquier espectáculo que tenga lugar en una sala cerrada en la que deba haber silencio, hay que apagar el teléfono móvil.”

¿Es una norma jurídica? ¿Es una norma moral? La próxima semana lo comentaremos. Para cualquier duda puedes acudir al correo mcetica@gmail.com .