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martes, 26 de julio de 2016

Buenas noches. Estados



Algunas personas están muy a gusto con ellos. 

Otras los necesitan. 

Otros transigen y los aceptan. 

Otras no los soportan. 

Es lo que ocurre con todo tipo de dioses. 

Buenas noches.


domingo, 24 de julio de 2016

Buenas noches. La mentira




La mentira nos amenaza por todos los rincones. Hay mentira en las calles, en las informaciones, en la televisión, en los vestidos, en el maquillaje, en lo que se vende, en la política, en las religiones, en las declaraciones, en las palabras, en las interpretaciones, en el arte. La mentira, como un dios de nuestro tiempo, está en todas partes.

Buenas noches.

lunes, 4 de julio de 2016

Buenas noches. Participación




Esta cultura en la que hemos sido educados nos ha acostumbrado a creer que siempre tiene que haber alguien que intervenga en el mundo, sea un dios o sea el político de turno. 

¡Qué poco nos enseñaron sobre el concepto de participación y sus formas humanas y civilizadas de hacerlo! 

Buenas noches.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Dioses y creyentes




Sólo se adora lo ausente. Hace ya mucho tiempo, los seres humanos se inventaron a los dioses para consolarse, para proyectar en ellos todo lo que por sí solos eran incapaces de conseguir. Esos dioses no estaban hecho de carne, ni de cartón piedra, sino de imaginación. Fueron depositados en el más allá, un lugar lejano, privilegiado, pero también inaccesible e imposible. A los dioses hace mucho tiempo que nadie los ve, por eso son adorados y y sus adeptos añoran su retorno, por más improbable que éste sea. Para hacer más llevadera esta relación con los dioses se inventaron las estatuas y las estampitas. El arte se puso al servicio de esta invención y contribuyó a la enorme tarea de hacer de puente entre el dios lejano y el ser humano cada vez más débil, más atado a su pequeñez. Hoy el arte se ha cansado de hacer de mediador y de dedica a mostrar sus propios misterios. Su tarea la ha retomado el plasma y los programas de entretenimiento, en donde los dioses van apareciendo a ritmo lento o mandan a sus profetas para que lancen sus mensajes y colaboren a la ensoñación popular. Cuanto más oscuro sea el dios, cuanto más palabras grandes y vacías utilice, cuanto más alejado de la realidad se mantenga y cuanto menos haga pensar a sus creyentes, más fervor producirá y más probable será que al final de los tiempos de campaña, sea ese dios el que venza. Porque no se trata de que se salve el ser humano, sino de creer en la victoria del dios. Y España sigue siendo un país de creyentes.  

sábado, 15 de agosto de 2015

Buenas noches. Ocultos



Los dioses y las diosas siempre han estado ocultos, incluso después de que fueran creados. Esa es la condición indispensable para que quienes valoran más lo que no se ve que lo que podemos observar puedan adorarlos. Lo visible se conoce. Sólo se adora lo oculto. 

Buenas noches.


viernes, 1 de mayo de 2015

Buenas noches. Dioses



De cada rama de la ignorancia humana nació en la antigüedad un dios. No sabían nada, por ejemplo, de los truenos y se inventaron al dios del trueno, con el que intentaban negociar para evitar que de vez en cuando le enviara recados espeluznantes. Ignoraban las buenas técnicas agrícolas y fabricaron a la diosa de la agricultura. Y así, con todo. Con tanta variedad de dioses podrían casi pasar por postmodernos.

Pero que en pleno siglo XXI siga habiendo tantos dioses hace pensar que algunos seres humanos no han salido aún de la ignorancia inicial ni de la manera de resolverla. 

Buenas noches.


domingo, 19 de abril de 2015

Buenas noches. Imposición




El problema no es tanto que algunos seres humanos, en un momento de debilidad, crearan a los dioses, sino que luego esos seres humanos y muchos otros se creyeron que los dioses eran dioses de verdad. 

Y en el colmo del desvarío, intentaron imponérselos a los demás. 

Desgraciadamente, aún andan en ello. 

Buenas noches.

lunes, 26 de mayo de 2014

Lo que veo cuando miro. Dioses




Cuando los dioses son más importantes que los hombres, me parece que es que algo empieza a ir mal. Buenas noches.

martes, 19 de noviembre de 2013

Buenos días. El olvido






Los dioses están siempre tan ocupados que muchas veces se olvidan de los humanos. Sin embargo, lo negativo suele encerrar dentro de sí algo positivo. Así, de ese olvido nacieron la solidaridad, el cariño libre, el deseo de igualdad, la generosidad humana, el compartir los bienes y los males, la amistad limpia y el amor. Que los dioses sigan a lo suyo. Buenos días.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Buenas noches. El modelo divino




En esta gran obra de teatro que es el mundo no hay papel que esté peor diseñado que el de los dioses, el del dios de cada cual.

Los dioses crearon, según dicen, todo este escenario en el que estamos, pero, vistos los resultados, parece que lo hicieron de cualquier manera y como a la ligera. Algunos de los seres creados, posiblemente en espera de alguna prebenda, dijeron una vez que eran dioses buenos, y es verdad que, si creemos lo que dicen los papeles, hubo una época en la que bajaban a este mundo cruel y le cantaban las cuarenta o le cortaban de un tajo el cuello a cualquier ladrón, asesino, cretino, lentejero o traficante de maldades que se encontraban por allí. Pero llegó un momento en el que parece que se cansaron y ahora permanecen impasibles ocurra lo que ocurra, aparezca la maldad o no lo haga. Durante siglos, muchas criaturas, incluso los representantes oficiales de estos dioses, han maltratado a las mujeres, a los sabios, a los demócratas, a los pobres y a los adversarios, pero sus divinidades lo han tolerado todo sin rechistar.

Y es que los dioses, salvo algunas escasas, aunque espectaculares, apariciones posteriores, se fueron pronto de vacaciones y aún no han vuelto. Muchos humanos se han dado cuenta de que esto de los dioses tenía aspecto de ser más bien una gran estafa mundial y se han olvidado de ellos. Otros, más temerosos y más dados a la creencia fácil que al laborioso saber, aún albergan la esperanza de que aparezcan algún día, aunque tampoco dé la impresión de que tengan claro para qué.

Lo peor de todo es que cada vez a más personas les gusta esto de las vacaciones largas, del no hacer nada, aunque se caiga el mundo a pedazos, de la insensibilidad profunda mientras se esfuma la vida y el futuro. Ni se les ve ni se cuenta con ellas para nada. Han copiado espléndidamente el modelo divino.

Buenas noches.


sábado, 24 de agosto de 2013

Buenos días. Callados

Los dioses, en su infinita sabiduría, están callados. Los intelectuales, en su infinita meditación, están callados. Los políticos, en su infinito despiste, están callados. Los ricos, en su infinita hipocresía, están callados. Los golfos, en su infinita maldad, están callados. Todos están callados, a pesar del ruido que producimos haciendo lo que hacemos. Buenos días.

viernes, 2 de agosto de 2013

Buenas noches. Esclavos





Los dioses siguieron usando el miedo como arma de destrucción masiva de la humanidad y de creación de esclavos. Los que aceptaban el miedo con más entusiasmo fueron considerados esclavos mayores y nombrados sacerdotes. En la pirámide de la esclavitud le seguían los hombres y, a continuación, en un lugar bastante bajo, cercano a la base y con un alto grado de esclavitud, estaban las mujeres.

Hubo un momento en el que los dioses murieron, unos, a causa de su propia situación, y otros, por aburrimiento de los esclavos. A partir de entonces, muchos buscaron otros motivos diferentes de esclavitud y algunos otros comenzaron a disfrutar el difícil y excitante olor de la libertad. Buenas noches.

viernes, 29 de marzo de 2013

Buenos días. Humanidad


Realmente escasean las personas libres, autónomas, capaces de tomar una determinación en su vida según sus propios argumentos y sin miedos ni temores a castigos eternos. Por aquí sólo veo devotos, creyentes tradicionales dispuestos a que les arreglen su vida con milagros o con intervenciones divinas. Yo prefiero ser más humano, menos pretencioso, no porque no aspire a un mundo mejor, sino porque las invenciones de las mentes débiles no me seducen nada. Prefiero que trabajemos los hombres y no los dioses. Buenos y humanos días.

lunes, 25 de marzo de 2013

Buenas noches. Tiempo




Cuando los hombres crearon a los dioses, los imaginaron con fuerza y con poder. Para tenerlos contentos y propicios decidieron ofrecerles lo mejor que tenían y organizaron para ello los más sorprendentes sacrificios. Lo mejor de los hombres quedó así en manos de los dioses. Luego, los dioses murieron, cuando los hombres fueron desarrollando su razón y creciendo en sabiduría, y lo mejor de los hombres fue objeto de la codicia de algunos. Sólo los hombres y mujeres verdaderamente libres fueron capaces de disponer de sus bienes a su antojo, y eso, con mucho trabajo. Entre sus bienes más preciados estaba el tiempo, su propio tiempo, aquello más indispensable que tenían para vivir. En medio del negocio que impera en el mundo desde siempre, con los dioses y con los hombres, estas personas libres regalan su tiempo. Lo regalan, claro, a cambio de nada. Regálale esta noche un poco de tiempo a la gente que quieres y mándales todo el cariño que quieras, a cambio de nada. Dormirás muy bien. Lo verás. Buenas noches.

jueves, 12 de julio de 2012

Dioses, hombres y desastres



Cuando los hombres se inventaron los dioses, ni su ignorancia ni su escaso grado de desarrollo les permitía vivir con el mínimo de seguridad que el ser humano requiere para desenvolverse con un cierto sosiego sin recurrir a esas creaciones divinas. El único precio que pagaron por esta osadía fue el de la fe en ellos.

Eran aquellos hombres y mujeres, en general, buenos, rudos y poco evolucionados, pero nobles. En los dioses que creaban proyectaban sus propias virtudes, elevadas al infinito, y depositaban sus esperanzas en forma de un futuro feliz.

Pero la vida es muy dura. La lucha por la existencia desgasta mucho y va degradando al ser humano, quitándole cada vez una porción mayor de buena voluntad y, consecuentemente, rebajando la calidad de las divinidades creadas.

Aquellos hombres antiguos eran capaces de representarse a sus dioses como todopoderosos jueces que sometían a los hombres a las pruebas más extremas. como cuando uno de ellos puso a prueba la fe de un principal del grupo ordenándole que diera muerte a su hijo. El pobre hombre, abrumado ante la omnipotencia de su dios, se dispuso a hacer reales los deseos caprichosos de su señor, pero entonces, éste, haciendo uso de las virtudes honorables que le habían atribuido, como la misericordia y la piedad, le detuvo la ejecución poco antes de que llegara a su término. Los humanos interpretaban este suceso diciendo que su dios apretaba, pero no ahogaba, y profiriendo twits parecidos, pero todo se movía dentro del marco de una función en la que se palpaba un clima de una cierta bondad y de un posible plan con final feliz.

Los hombres modernos y sus dioses se han convertido ahora en otra cosa. La categoría moral de los dioses antiguos ha dado paso a unos becerrillos de oro, no se sabe si de ley o no, a los que suelen referirse cada vez más como "los mercados". En realidad, no son más que dinero, pero son seres invisibles, como todos los dioses, con una omnipotencia muy parecida a la de los antiguos, aunque sin que su personalidad esté adornada nada más que por la codicia.

Los mercados gobiernan en el mundo como lo hacían antes las primeras grandes creaciones humanas. También ahora hay sacerdotes y ministros, unos más sabios que otros, unos con más fe que otros, unos con más grandeza que otros. Estos individuos, como casi siempre, se siguen arrogando el poder de interpretar en exclusiva los designios divinos y de imponer a sus súbditos, sean fieles o no, las apetencias de la mercadería suprema.

Pero los mercados y sus sacerdotes no son buenas cosas. En la evolución hacia atrás del mundo, del hombre y de sus divinidades, la ancestral misericordia, la piedad reconfortante y la salvación feliz, final y eterna se han perdido. Los dioses ya no se apiadan de los hombres, porque estos dioses actuales no son fruto del imaginario creativo humano, sino de su estupidez y de su voluntaria y abrazada ignorancia. Los dioses de este siglo aprietan y ahogan. Sus sacerdotes ya no son esos reconfortantes hombres que ayudaban a sufrir las penas con entereza y con esperanza, sino crueles ejecutores de los designios divinos, incapaces de pararles a los hombres en el último momento su brazo exterminador.

El hombre del mundo de hoy, con una vida edulcorada con fantasías vacuas y con la manía permanente de huir de su realidad, camina sin sentido y sin rechistar desde la nada a la miseria, obedece cándidamente a sus dioses y se autodegrada fatalmente porque ha perdido la más humana de sus virtudes: la conciencia.