El Ayuntamiento de Madrid, siempre atento a la cultura, facilitando la creación de empleo y procurando que los madrileños tengan fácil acceso a al mercado del arte, cerró ayer la Galería Oliva Arauna porque su fachada no guarda la estética del inmueble donde está. La fachada lleva ocho años así, pero ahora es el momento.
Yo quiero expresar mi solidaridad con esta Galería y con esta galerista. He atravesado esta fachada, tan disonante, según parece, para una galería de arte contemporáneo, muchas veces, he gozado mucho con las exposiciones que he visto y no entiendo que desde los poderes públicos se trate así al mundo de la cultura.
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