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domingo, 17 de noviembre de 2024

Confianza

 



¿Quién va a confiar en un bulero?

¿Quién va a confiar en un creador interesado de mentiras?

¿Quién va a confiar en quien, con una estúpida generosidad, se hace daño a sí mismo transmitiendo gratis burradas y disparates que favorecen a los ricos, pero no a los demás, ni a él mismo?

¿Quién va a confiar en quien, siendo un inútil, se cree superior a los demás y les hace daño hasta la muerte?

¿Quién va a confiar en quien solo entiende -o algo así- lo simple -que suele ser falso, porque todo es complejo- y se hace eco alegremente de cualquier disparate, habiendo ya perdido el sentido del ridículo?

Si algún improbable día este bulero, este mentiroso o sus generosos colaboradores, se dieran cuenta de su historial de errores y de tonterías difundidas, seguramente su odio, acumulado y bien guardado, les impediría arrepentirse y rehabilitarse.

En este país no solo es que no dimita nadie con intereses particulares, sino que esta derecha cruel e inhumana es incapaz de enterarse de lo que hacen y de arrepentirse.

¿Quién en su sano juicio puede confiar en ellos?

martes, 12 de noviembre de 2024

Buleros

 




Cuando la complejidad de la realidad se hace patente y la ignorancia es incapaz de hacerle frente, surgen unos personajes, lógicamente sin complejos y sin conocimientos, que, sin embargo, creen que lo saben todo, que están por encima de la ley y que ellos lo pueden todo. Suponen que están tan seguros de sí mismos que confunden la realidad con la imagen que de ella les da su odio a casi todo.

El odio es una verruga que les salió en el alma el día que se dieron cuenta de que los otros también tienen derecho a existir, y a existir humanamente bien, y que debían compartir con ellos una parte de sus beneficios.

Estos atrevidos ignorantes, capaces de todo lo que les dé dinero o les encienda la llama del odio hacia lo que les moleste, se envalentonan cuando se hacen evidentes sus egoístas intenciones o cuando pierden la ocasión de acaparar riquezas, cosa para la que creen tener una libertad absoluta, caiga quien caiga. Sueltan, entonces, a la vista de todos su arsenal de mentiras, bulos, disparates e infundios, y los menos dotados de esa forma de inteligencia que es el sentido crítico corren veloces montados en sus rencores a creerse esas excrecencias antes de que alguien logre desmentirlas.

A los buleros les interesa tener a la población confundida, sin que puedan agarrarse a ninguna certeza. Así, con un rancho frecuente de falsedades simples bien elegidas, podrán manejar sus voluntades y facilitar su camino hacia la salvación mediante la ansiada explotación. Sus adeptos, ciegos también por el odio inoculado, caen como moscas en la red de bulos tendida y se deslizan cuesta abajo hacia su paulatina pobreza y su imprevista soledad, aunque ellos no la quieran ver.

Cree en los buleros y te sacarán hasta los ojos.