Miro el mundo. Qué horror. Qué
desastre. Qué injusticias. Qué inhumanidad. ¿Quién manda aquí?
¿Quién organiza esto? ¿Quién cuida de que en estas sociedades
piramidales las bases estén racionalmente atendidas? ¿Quién está
en las alturas acaparando prebendas y manteniendo tanta pobreza,
tanta infelicidad, tanto mal? Y pensar que hay muchas personas que
creen que los que están arriba siempre tienen la razón, que son
prácticamente infalibles, sean el papa, el FMI, la troika, el dios,
el jefe del partido o el presidente del equipo. Hay que mirar todos
los días por la ventana. Hay que mirar y ver. Hay que leer
periódicos que informen de verdad de lo que hay. Hay que pedir
responsabilidades. Hay que criticar. Hay que tomar distancia y
procurar no tragarse nada crudo.
Pero cuando llegue la noche y vayas a
cerrar las puertas, las distancias deben ser cortas, porque la noche
es el momento de rendir cuentas ante ti mismo o ante ti misma sobre
si has amado hoy o no. Si no lo has hecho, ya tienes proyecto para
mañana. Y si lo has hecho, disfruta con el recuerdo. Un recuerdo de
amor es lo más relajante que puede haber para el ánimo. Que ese
amor te rebose y nos llegue a todos y a todas. Buenas noches.