El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Aunque no nos demos cuenta o aunque no
lo sepamos, somos unos emisores constantes y permanentes de mensajes.
Son mensajes lo que decimos, cómo lo decimos, lo que miramos, lo
que expresamos, lo que callamos, pero también las posturas de
nuestro cuerpo, nuestro vestido, nuestra manera de andar y cualquier
detalle, grande o pequeño, de nuestra actuación cotidiana.
Lo oculto nunca genera paz. Lo ocultado
da lugar a la guerra. Lo que se saca a la luz es lo que vale. Lo que
sacas a la luz eres tú. Si tienes cartas escondidas, estarás
engañando. Si te escondes ante tu pareja, ante tus amigos, ante los
ciudadanos, llegará el desagradable momento en el que te
descubrirán. Y ese descubrimiento suele ser una maniobra
relativamente fácil. Lo difícil es sobrellevar el sentirse
descubierto.