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domingo, 31 de agosto de 2014

La mugre de Alcorcón


Si quieres, amigo lector o amiga lectora, contemplar una ciudad limpia, cuidada, resplandeciente, higiénica y, aunque parezca una redundancia, civilizada, ni se te ocurra venir a Alcorcón. Y si no tienes más remedio que venir, procura no pisar la Avenida de las Retamas, una de las calles más transitadas de la ciudad. El alcalde advenedizo que nos cayó encima en las últimas elecciones tiene absolutamente abandonada la limpieza de la ciudad, para gozo, al parecer, de sus votantes y castigo de los que no lo fuimos. Hay tramos en los que la suciedad se ha convertido en una costra negra que tapa el color inicial de las baldosas. Por el suelo se pueden encontrar deposiciones de perros y de todo tipo de aves, que se han instalado a sus anchas en unos árboles que no se han podado desde hace años. Las hojas de los árboles forman -ya antes del otoño- una alfombra resbaladiza que se une a los restos de cualquier cosa que encuentras por el suelo. No quiero ni pensar en la mugre ni en las bacterias que nos habremos llevado a casa quienes hemos pasado alguna vez por esta avenida. Con todo merecimiento creo que Alcorcón se ha convertido en el modelo de ciudad que quiere el PP.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Comprar el pan en Alcorcón


Si compras el pan en algunas panaderías de Alcorcón, puede que te encuentres con que el vendedor no usa ningún gorro higiénico y que te da el pan con la misma mano con la que coge las monedas o el billete que le das. Es posible también que el atuendo que lleve puesto tenga manchas de todos lo colores. Todo esto junto lo he visto hoy, como todos los días, pero con un detalle añadido.

Un señor quería que el vendedor le partiera unas barras en rebanadas con una máquina que había en la panadería. Logró que el vendedor dejara la conversación que mantenía mientras le atendía y que se enterara de su petición cuando ya tenía el pan metido en una bolsa. Se fue, entonces, muy diligente a la máquina, puso en ella el pan e inmediatamente se metió la mano por dentro de la camisa, en la espalda, y comenzó a rascarse por allí, en las profundidades en las que algo le picaba. Cuando sacó de nuevo la mano al aire fresco de la mañana, y con esa misma mano, tomó el pan, ya partido, y lo introdujo de nuevo en la bolsa. Un examen atento de la mano del vendedor no sé qué sorpresas nos depararía.

Esta es la cultura higiénica que hay en las panaderías de Alcorcón, porque estas cosas las he visto en varias. ¿No hay inspectores en el Ayuntamiento que hagan algo por higienizar las panaderías? ¿No tiene nuestro admirado alcalde, entre sus muchos asesores, alguno que le indique estas cosas? ¿Será más eficaz una denuncia en toda regla para que podamos comer el pan con tranquilidad?

jueves, 12 de septiembre de 2013

Pintadas y educación en Alcorcón




Abundan por la zona en la que vivo -y por otras también- unos individuos que se dedican a pintar fachadas con sus firmas y sus palabras distintivas. No me atrevo a llamarlos enfermos, pero estoy convencido de que tienen graves problemas de personalidad que les llevan a afirmar su ego en paredes ajenas y a darle a la ciudad un aspecto de barrio de paletos monotemáticos de estética deplorable.

El caso es que al Gobierno de la ciudad, del PP, le ha dado por 'arreglar' el problema y ha sacado a la calle una cuadrilla de pintores, que portan una buena colección de enormes cubos de pintura de diversos colores y que se dedican a pintar encima de las pintadas, creando así una sobrepintada que se suele ver enseguida, porque contrasta con el color original de las fachadas. Claro que estas sobrepintadas, en las fachadas de ladrillo, quedan muy mal, porque pintan también el espacio entre ellos, y lo que hacen es crear una superficie más lisa que la anterior, la cual aprovechan los grafiteros para pintar encima de la sobrepintada y mantener el problema hasta el infinito.

Siempre he pensado que estos percances ciudadanos son el fruto de la mala educación. Muchos padres están muy despistados y no le dicen a sus hijos ni esta ni otras muchas cosas que deberían tener en cuenta para convertirlos en personas educadas. ¿No se podría usar la TV para ilustrar a los ciudadanos sobre conductas responsables? Me parece que podría ser muy eficaz una campaña en los colegios e institutos en los que se razonara con los alumnos sobre por qué estos comportamientos no se deben hacer y sobre las consecuencias judiciales y económicas que tendrían si detienen al grafitero. Pero, claro, estos catetos ignorantes e incívicos que nos gobiernan tienen mucho interés en quitar de en medio las asignaturas en las que se deberían tratar estas cosas: Educación para la ciudadanía y Ética, por ejemplo. Estos extraños seres antropomorfos que nos gobiernan prefieren gastar el dinero en asesores (¡qué asesorarán, con las cosas como están!) en lugar de en profesores, y así nos va.

En su profunda ignorancia, estos aficionados al gobierno no alcanzan más que a entender el significado de la palabra gasto. Al del término inversión, no llegan. Por eso no creen que la educación mejoraría la vida de las personas, aunque es muy probable que esto último tampoco entre dentro de sus preocupaciones. Seguramente que el dinero que ahorrarían ilustrando convenientemente a los alumnos sería grande, pero son incapaces de entenderlo. Malos tiempos estos.


Obsérvese la variedad de colores en las sobrepintadas. Todo muy bonito.





Vea aquí la costra que adorna el suelo de las cercanías de algunos bares.





domingo, 16 de diciembre de 2012

Manifestación en Alcorcón


Cada vez hay más gente en la calle manifestando su descontento. Está teniendo lugar un movimiento popular que no se sabe de qué manera va a fraguar, pero que espero que esté removiendo muchas conciencias, las de los que sufren las consecuencias de la economía y la política actuales y las de los que las ponen en práctica.

Hoy, en Alcorcón, había manifestación en contra de los recortes y de los despidos en el Ayuntamiento, al frente del cual está ese tipo tan desagradable y tan dañino que es David Pérez. Mañana seguramente habrá otra. Y pasado. Así estamos.











viernes, 19 de noviembre de 2010

De cualquier manera



La integración de los colectivos más diferentes es siempre muy difícil y creo que hay que hacerla con mucho cuidado. Hace poco leía en El País una entrevista con el productor de música Ricardo Pachón, el que sacó al mercado tantos discos de Camarón de la Isla, de Lole y Manuel, de Smash y de tantos otros. Hablando de la integración de los gitanos, decía que

“conoció la cava gitana de Triana antes de que fuera expulsada de allí esa comunidad por las presiones de las grandes constructoras, apoyadas por el gobernador del Opus Hermenegildo Altozano. ‘Entonces creían que para integrarlos lo mejor era la diáspora, pero fue al revés, en minoría se cierran aún más y se activa el racismo; luego con el tiempo crearon ese monstruo que son las 3.000 Viviendas, donde mezclaron a gitanos, quinquis y gachós, gente que nunca había vivido en pisos y, mucho menos, con ascensor. Recuerdo pasear por el barrio sevillano con Raimundo Amador y descubrir a un burro asomado a una ventana del segundo piso’.

Conozco un lugar en Alcorcón, Madrid, en donde hicieron otro disparate de estos. Desmantelaron unas chabolas y llevaron a los que vivían en ellas a unas casas prefabricadas que hicieron junto a un Instituto. Llevaron a vivir allí a un célebre delincuente que se hartó de montar números por los alrededores, quemando coches y sembrando el miedo entre la población. Desde entonces el Instituto fue recibiendo cada vez menos alumnos porque ninguna familia quería tener contacto con la zona. Al final tuvieron que echar al delincuente, pero el daño ya estaba hecho.

No se puede hacer nada de cualquier manera.