Si quieres, amigo lector o amiga
lectora, contemplar una ciudad limpia, cuidada, resplandeciente,
higiénica y, aunque parezca una redundancia, civilizada, ni se te
ocurra venir a Alcorcón. Y si no tienes más remedio que venir,
procura no pisar la Avenida de las Retamas, una de las calles más
transitadas de la ciudad. El alcalde advenedizo que nos cayó encima
en las últimas elecciones tiene absolutamente abandonada la limpieza
de la ciudad, para gozo, al parecer, de sus votantes y castigo de los
que no lo fuimos. Hay tramos en los que la suciedad se ha convertido
en una costra negra que tapa el color inicial de las baldosas. Por el
suelo se pueden encontrar deposiciones de perros y de todo tipo de
aves, que se han instalado a sus anchas en unos árboles que no se
han podado desde hace años. Las hojas de los árboles forman -ya
antes del otoño- una alfombra resbaladiza que se une a los restos de
cualquier cosa que encuentras por el suelo. No quiero ni pensar en la mugre
ni en las bacterias que nos habremos llevado a casa quienes hemos
pasado alguna vez por esta avenida. Con todo merecimiento creo que
Alcorcón se ha convertido en el modelo de ciudad que quiere el PP.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
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domingo, 31 de agosto de 2014
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Comprar el pan en Alcorcón
Si compras el pan en algunas panaderías
de Alcorcón, puede que te encuentres con que el vendedor no usa
ningún gorro higiénico y que te da el pan con la misma mano con la
que coge las monedas o el billete que le das. Es posible también que
el atuendo que lleve puesto tenga manchas de todos lo colores. Todo
esto junto lo he visto hoy, como todos los días, pero con un detalle
añadido.
Un señor quería que el vendedor le
partiera unas barras en rebanadas con una máquina que había en la
panadería. Logró que el vendedor dejara la conversación que
mantenía mientras le atendía y que se enterara de su petición
cuando ya tenía el pan metido en una bolsa. Se fue, entonces, muy
diligente a la máquina, puso en ella el pan e inmediatamente se
metió la mano por dentro de la camisa, en la espalda, y comenzó a
rascarse por allí, en las profundidades en las que algo le picaba.
Cuando sacó de nuevo la mano al aire fresco de la mañana, y con esa
misma mano, tomó el pan, ya partido, y lo introdujo de nuevo en la
bolsa. Un examen atento de la mano del vendedor no sé qué sorpresas
nos depararía.
Esta es la cultura higiénica que hay
en las panaderías de Alcorcón, porque estas cosas las he visto en
varias. ¿No hay inspectores en el Ayuntamiento que hagan algo por
higienizar las panaderías? ¿No tiene nuestro admirado alcalde,
entre sus muchos asesores, alguno que le indique estas cosas? ¿Será
más eficaz una denuncia en toda regla para que podamos comer el pan
con tranquilidad?
jueves, 12 de septiembre de 2013
Pintadas y educación en Alcorcón
Abundan por la zona en la que vivo -y
por otras también- unos individuos que se dedican a pintar fachadas con sus
firmas y sus palabras distintivas. No me atrevo a llamarlos enfermos,
pero estoy convencido de que tienen graves problemas de personalidad
que les llevan a afirmar su ego en paredes ajenas y a darle a la ciudad un
aspecto de barrio de paletos monotemáticos de estética deplorable.
El caso es que al Gobierno de la
ciudad, del PP, le ha dado por 'arreglar' el problema y ha sacado a
la calle una cuadrilla de pintores, que portan una buena colección
de enormes cubos de pintura de diversos colores y que se dedican a
pintar encima de las pintadas, creando así una sobrepintada que se
suele ver enseguida, porque contrasta con el color original de las
fachadas. Claro que estas sobrepintadas, en las fachadas de ladrillo,
quedan muy mal, porque pintan también el espacio entre ellos, y lo que
hacen es crear una superficie más lisa que la anterior, la cual
aprovechan los grafiteros para pintar encima de la sobrepintada y
mantener el problema hasta el infinito.
Siempre he pensado que estos percances ciudadanos son
el fruto de la mala educación. Muchos padres están muy despistados
y no le dicen a sus hijos ni esta ni otras muchas cosas que deberían tener en cuenta para convertirlos en personas educadas. ¿No se
podría usar la TV para ilustrar a los ciudadanos sobre conductas
responsables? Me parece que podría ser muy eficaz una campaña en
los colegios e institutos en los que se razonara con los alumnos
sobre por qué estos comportamientos no se deben hacer y sobre las
consecuencias judiciales y económicas que tendrían si detienen al
grafitero. Pero, claro, estos catetos ignorantes e incívicos que nos
gobiernan tienen mucho interés en quitar de en medio las asignaturas
en las que se deberían tratar estas cosas: Educación para la
ciudadanía y Ética, por ejemplo. Estos extraños seres
antropomorfos que nos gobiernan prefieren gastar el dinero en
asesores (¡qué asesorarán, con las cosas como están!) en lugar de en
profesores, y así nos va.
En su profunda ignorancia, estos
aficionados al gobierno no alcanzan más que a entender el significado de la palabra gasto. Al del término inversión, no llegan.
Por eso no creen que la educación mejoraría la vida de las
personas, aunque es muy probable que esto último tampoco entre
dentro de sus preocupaciones. Seguramente que el dinero que
ahorrarían ilustrando convenientemente a los alumnos sería grande, pero
son incapaces de entenderlo. Malos tiempos estos.
Obsérvese la variedad de colores en las sobrepintadas. Todo muy bonito.
Vea aquí la costra que adorna el suelo de las cercanías de algunos bares.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Manifestación en Alcorcón
Cada vez hay más gente en la calle
manifestando su descontento. Está teniendo lugar un movimiento
popular que no se sabe de qué manera va a fraguar, pero que espero
que esté removiendo muchas conciencias, las de los que sufren las
consecuencias de la economía y la política actuales y las de los
que las ponen en práctica.
Hoy, en Alcorcón, había manifestación
en contra de los recortes y de los despidos en el Ayuntamiento, al
frente del cual está ese tipo tan desagradable y tan dañino que es
David Pérez. Mañana seguramente habrá otra. Y pasado. Así
estamos.
viernes, 19 de noviembre de 2010
De cualquier manera
La integración de los colectivos más diferentes es siempre muy difícil y creo que hay que hacerla con mucho cuidado. Hace poco leía en El País una entrevista con el productor de música Ricardo Pachón, el que sacó al mercado tantos discos de Camarón de la Isla, de Lole y Manuel, de Smash y de tantos otros. Hablando de la integración de los gitanos, decía que
“conoció la cava gitana de Triana antes de que fuera expulsada de allí esa comunidad por las presiones de las grandes constructoras, apoyadas por el gobernador del Opus Hermenegildo Altozano. ‘Entonces creían que para integrarlos lo mejor era la diáspora, pero fue al revés, en minoría se cierran aún más y se activa el racismo; luego con el tiempo crearon ese monstruo que son las 3.000 Viviendas, donde mezclaron a gitanos, quinquis y gachós, gente que nunca había vivido en pisos y, mucho menos, con ascensor. Recuerdo pasear por el barrio sevillano con Raimundo Amador y descubrir a un burro asomado a una ventana del segundo piso’.
Conozco un lugar en Alcorcón, Madrid, en donde hicieron otro disparate de estos. Desmantelaron unas chabolas y llevaron a los que vivían en ellas a unas casas prefabricadas que hicieron junto a un Instituto. Llevaron a vivir allí a un célebre delincuente que se hartó de montar números por los alrededores, quemando coches y sembrando el miedo entre la población. Desde entonces el Instituto fue recibiendo cada vez menos alumnos porque ninguna familia quería tener contacto con la zona. Al final tuvieron que echar al delincuente, pero el daño ya estaba hecho.
No se puede hacer nada de cualquier manera.
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