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jueves, 10 de mayo de 2018

Buenas noches. Miedos




En este país se ha fomentado el miedo a las palabras. Hay quienes oyen “marxismo”, “rojo”, “república”, “homosexual”, “igualdad” o “izquierda” y les empieza a hervir la sangre, a estirárseles el dedo índice y a no ver más que lo que les han dicho que hay que ver siempre. 

Buenas noches.


viernes, 18 de julio de 2014

Los viernes, etimologías. Colores 1



BLANCO: Viene del germánico, entra en latín tardío y de ahí al castellano. Está incluso en inglés blank, aunque es poco usual frente a white, y en las lenguas eslavas. Castellano blanco, portugués y gallego branco, francés y catalán blanc, italiano bianco (euskera zuri). En latín había dos palabras: una era ALBUS, de donde viene alba (amanecer) o albino; se conserva en rumano, alb (blanco). Ya dijimos (30 de mayo) que hay una raíz indoeuropea más profunda, bhel- que significaba brillante, de la que arrancan blanco, blavus (azul) y flavus (amarillo), y otras palabras como flamma (llama) o fulmen (rayo). La otra palabra latina era CANDIDUS, blanco brillante. De ella viene cándido, porque los niños solían vestir de blanco; candidato, porque los que se presentaban a las elecciones llevaban togas muy blancas; y candor, candente, incandescente, candidiasis. En griego es leukós, de donde leucocito.

NEGRO: También había dos palabras en latín: ater (negro mate) y niger (negro brillante). ATER es el origen de atrio, la parte semiabierta de la casa donde estaba el fuego, que adquiría el color del humo, y atrabiliario, por la bilis negra. De NIGER viene denigrar. Es común a las lenguas latinas, incluso en rumano es negru, aunque en portugués preto (ya lo explicamos en su día, 13 de junio). Pero no es común a las lenguas indoeuropeas: black en inglés, czarny en polaco, melas en griego, de donde vienen melanina, melancolía; en euskera, beltza. Nigger pasa al inglés desde la época de la esclavitud, con matices peyorativos.


ROJO: Es el primer color del arco iris, es el color por excelencia, de hecho le podemos llamar colorado (de color). Está en muchísimas banderas. La palabra rojo plantea problemas de matices (incluso políticos; en mi niñez, época franquista, se decía colorado o encarnado, nunca rojo). En la Edad Media el castellano usó bermejo, hoy catalán vermell, (Caperucita Roja es Caputxeta Vermelleta) portugués vermelho, gallego vermello. Rojo triunfa en castellano en el S. XV. Viene de RUSSEUS, rojo en latín vulgar. El latín culto prefería RUBEUS o ruber, origen de rubio, y del rouge francés, que no es, pues, hermano gemelo del rojo español. En Aragón de este origen, rubeus, tienen royo, que es como llaman a los pelirrojos. El color russeus o rubeus significaba una gama desde amarillo rojizo al rojo dorado, por eso hablaba de matices del arco iris. Decimos pelirrojo o llamamos rojo a un caballo de color amarillo fuerte, lo que es prueba de esta amplitud original del término rojo. De rubeus vienen rubí, rubor y rúbrica (sería con tinta rojiza). De la misma raíz es erizrós, rojo en griego, de donde eritrocito. No se crea a partir de esta raíz hematíes, sino de haima - sangre, de donde hematoma, hemorragia o hemorroide. Rojo en euskera es gorri, que también significa pelado, es el color de la carne sin la piel, como nuestro encarnado. Hay quien relaciona rojo con arrojar y arroyo, pero no parece muy fiable.

martes, 6 de diciembre de 2011




Puse el otro día en una red social lo siguiente:

"Si corriges en verde indicas, sugieres, propones... En rojo tachas, censuras. Lxs alumnxs se hunden con tanto rojo! "

Copio aquí los comentarios de Patricia del Amo y mía por si a alguien dedicado a la enseñanza le son útiles.

Patricia: Yo quiero decir que los doce cursos en que llevo siendo profe sumados a un año más en educación no formal, utilizo el color verde para corregir. Cuando los alumnos me entregan un texto, se lo devuelvo con anotaciones al margen siguiendo unas claves para que ellos se lo vayan corrigiendo en una hoja que tenemos para ello y de esa manera se fijen en lo que les he marcado. Para aquellos chavales que están aprendiendo a escribir o que arrastran graves problemas de lectoescritura porque escriben todo seguido sin utilizar signos de puntuación o no saben separar palabras o emplear las mayúsculas adecuadamente, además de los normales errores de grafías o tildes, no se les pueden marcar todas las faltas a la vez porque eso no sirve de nada. Yo voy eligiendo qué aspecto es el más importante a fomentar en ese alumno y es lo que le señalo para que se vaya fijando, lo vaya interiorizando y luego poco a poco les voy señalando otros aspectos. En fin, entregar un texto o un examen plagado de marcas rojas y tachaduras no sirve de nada porque la mayor parte de las veces los chavales ni lo miran. Siempre intento resaltar uno o dos aspectos positivos de lo que me presentan y detallarles aquello que pueden hacer para mejorar. Mis alumnos ya lo saben y esperan con ganas la devolución de sus escritos para ver lo que les he anotado. Y entre ellos se dicen "Eh, no escribas en verde que es el que utiliza la profe"

Manuel: Yo siempre corregí en verde. Tiene un valor simbólico y creo que ayuda a que el alumno no vea la corrección como un juicio, sino como una ayuda para que siga aprendiendo. Lo aprendí cuando corregía ejercicios de alumnos que seguían una enseñanza a distancia, que estudiaban solos y que esperaban la devolución de los ejercicios corregidos como agua de mayo. Yo veía que una compañera incrustaba unos tachones profundos, rojos y condenatorios en las actividades y me imaginaba cómo recibiría el alumno tales mensajes. Me parecía un disparate pedagógico y humano. Decidí entonces adoptar el verde y hacer correcciones constructivas, positivas, edificantes, que ayudaran al alumno en lugar de frenarlo y de contribuir a hundirlo, y que junto a sus errores, mostraran formas de superarlos y un reconocimiento a sus logros. J L Sampedro siempre dice que la enseñanza no es más que amor y provocación. La provocación no es más que descubrir el porqué del problema, para que el alumno tenga ganas de encontrar la solución y sea significativa para él. Pero sin el amor, la enseñanza no tiene sentido ni es útil. El amor también es verde.