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martes, 5 de julio de 2011

Cristianos




Conozco a personas cristianas que son muy generosas y que dan su vida a quien la necesita e, incluso, a quien no la necesita, pero de manera gratuita. Son personas abiertas, tolerantes, cercanas y profundamente admirables por su humanidad.

Y conozco también a otras personas, que igualmente se dicen cristianas, pero que no dan gratis ni los buenos días. No sé si se habrán acostumbrado a dar para recibir a cambio la vida eterna y proyectan eso en cualquier circunstancia o es que les gusta la liturgia y andan de misas y de encuentros y así se sienten curados de su debilidad humana. No he encontrado entre estos ninguno de quien pueda decirse que es abierto o tolerante ni que pueda ser considerado admirable por ninguna virtud. No tienen ningún mensaje positivo que transmitir y más bien son un obstáculo para desarrollar una vida sana y en libertad.

domingo, 3 de julio de 2011

Las cosas de los curas




Me acabo de enterar que un señor llamado Roberto Esteban Duque, que, según dice él mismo, es sacerdote diocesano de Cuenca, párroco y doctor en Teología Moral, ha escrito una cosa llena de palabras –este señor dirá que es un artículo, pero yo, no- y lo ha publicado en otra cosa que se llama Ecclesia Digital. Información al minuto. Copio aquí sólo el primer párrafo de la cosa. Y tengo que decir algo que no me gusta mucho decir y que lo digo con una cierta desazón: se nota que la cosa y el que ha escrito la cosa son vulgares cristianos de hoy. Y se les nota, no porque sean un ejemplo de amor, de paz, de esperanza, de sabiduría y de humanidad, sino porque, como tantísimos cristianos de hoy, que no saben que han perdido la fe, muestran todo lo contrario, o sea, ignorancia, prejuicios, falta de respeto, grosería, chatez mental y mucha soberbia. Fíjate, lector, lectora, como empieza la cosa. Te sugiero que lo leas dos veces para que te convenzas de que dice lo que crees que dice.
Como está demostrado que la mayoría de los gays no leen -no vayan a pensar ustedes que hoy pueda encontrarse a la vuelta de la esquina, escuchando un concierto mudo, a un lector de Cernuda o Wilde entre los paseantes de Chueca- podríamos comenzar diciendo que el colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), que tan petulante se desparrama por la calles o alcanza la altura de las carrozas para celebrar el Orgullo, es un colectivo ignorante, asediado por la frivolidad y la ordinariez. ¿No haría inerme esta astenia estética y cultural a cualquier movimiento en la sociedad?
No creo que merezca la pena que leas el resto de la cosa, pero si te pica la curiosidad y quieres conocer mejor cómo fabrican estas cosas estos escribidores de cosas, te dejo el enlace aquí. En todo caso, no te amargues. En la Manifestación del Orgullo había mucha más vida que la que deja entrever esta cosa.



viernes, 1 de abril de 2011