El “comportamiento aceptable” ha sido, durante siglos, la mordaza, el corsé, el cilicio, el arete que nos ha encadenado a la perpetua sumisión. Tan disciplinado y fuerte como el ejército espartano, nos ha mantenido a la sombra; figuras de porcelana, flores de invernadero, silencio. Por fortuna...
Puedes leer el artículo de María Rodríguez Velasco pulsando aquí.