Somos de derechas si tú vas a lo tuyo y yo voy a lo mío y no nos importa nada el bien común. Somos de izquierdas si ante todo procuramos el bien común y no le anteponemos nuestras propias apetencias.
Si tú aspiras a una cosa que es la misma a la que aspiro yo, y las aspiraciones son asuntos de poder, de dinero o de estatus, nuestras vidas, tarde o temprano, terminarán en la guerra política.
No se es de derechas o de izquierdas por militar en un partido concreto. Hay gente de derechas en los partidos de izquierdas y gente de izquierdas en los partidos de derechas. Normalmente esta gente no sabe lo que hace ni lo que le pasa.
Un partido de izquierdas puede caer por ineptitud o por incomprensión. Un partido de derechas cae, antes o después, por la lógica de las actitudes egoístas y acaparadoras de sus miembros. Y si esas actitudes van acompañadas por el cinismo y la desvergüenza, la guerra se convierte en obscena.
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