Me levanto. Abro el País digital, un periódico últimamente nada sospechoso. Leo:
- La trama púnica salpica al 'número dos' de la Comunidad de Madrid. Leer.
- El Gobierno aumenta en un 10% el gasto en asesores a dedo en un año. Leer.
- El Consejo de Estado afea a Wert las prisas en su gran plan universitario. Leer.
- Cospedal oculta en su declaración de bienes 12.00 metros de terreno. Leer.
- España se queda sin voto en la reunión clave del BCE. Leer.
Todo esto en un mismo día. Ellos siguen a lo mismo, a lo suyo. Nosotros seguimos a lo mismo, a lo nuestro, a la nada. No oigo ningún grito de protesta, no veo ninguna manifestación contra un Gobierno podrido de dinero y de ética. Será lo que queremos y lo que nos merecemos.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
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lunes, 19 de enero de 2015
viernes, 8 de marzo de 2013
Textículos. 2
((Versículo es a verso lo que textículo a texto))
En una rueda de prensa
Cospedal se hizo un buen lío.
Ya lo había dicho Rajoy:
No hay que decir ni pío.
martes, 5 de marzo de 2013
Piernas
Me bajé del autobús y caminé detrás
de una mujer de mediana edad. Llevaba las piernas enfundadas en unos
leggins negros que dejaban ver una bella silueta en movimiento. El
contorno de sus piernas, como dos potentes columnas coronadas por dos
capiteles glúteos, era realmente atractivo y mi mirada quedó
discreta, pero fuertemente fija en aquel bellísimo ritmo acompasado
que evolucionaba delante de mí. La mujer siguió su camino y yo me
desvié hacia el mío. Cuando desapareció, me di cuenta, con una
cierta preocupación, de que en realidad a aquella mujer yo no le
había visto las piernas, que había estado siendo seducido sólo por
unas formas recubiertas de tejido y que desarrollaban un movimiento,
es verdad, que realmente bello. Dentro de aquellas fundas negras
podía haber una piernas, bonitas o no, o, vete a saber, unas
prótesis convenientemente acondicionadas.
Los leggins no son las piernas, claro. Las
piernas tienen, aparte de unas formas y un perfil determinados, una
piel que les aporta una textura concreta, unos músculos que las
moldean, unos pliegues que les dan vida, un color propio. Los leggins
nos permiten ver la forma de las piernas, pero no su contenido
particular. Y la forma es sólo una parte de la realidad, pero no es
toda la realidad ni, posiblemente, sea la parte más importante de la
realidad.
En ese momento del transcurso de mis
pensamientos, de una manera un tanto brusca y no querida, me vinieron
a la mente, primero, Rajoy, luego, Cospedal y ahí ya eché el freno
y paré. Aparecieron estos tipos en mi imaginario porque me di cuenta
de que también ellos ocultan el contenido de sus palabras bajo la
apariencia de las formas. De la misma manera que los leggins no dejan
ver nada de las piernas, las palabras de estos políticos de la
derecha ocultan la realidad y dejan ver sólo una impresión de
seguridad, de convicción o, en el caso de Cospedal, de nada, que es
otra forma de no hablar de la realidad. Bárcenas, por ejemplo,
juega, en el caso de Rajoy, el mismo papel que las piernas de la
mujer de hoy. Nadie le ve las piernas, nadie habla de las piernas,
como si no existieran. Sólo se ven leggins, movimientos no se sabe
de qué y belleza. Si esas piernas tienen celulitis, manchas, varices
o cicatrices, nada de esto se ve. Nadie sabe casi nada de Bárcenas,
pero nos presentan leggins, apariencias, formas todos los días, para
que nos conformemos con ellas y nos olvidemos de la verdadera
realidad. El PP y los diseñadores nos tienden trampas con mucha
frecuencia.
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