El mundo no se arregla con loterías ni
con limosnas ni con favores ni con ocurrencias. El mundo se arregla
cambiando las estructuras económicas, sociales y políticas. Y las
estructuras se cambian tomando conciencia y sabiendo bien lo que
conviene votar y lo que se vota. Cambiar el mundo, mejorarlo, es un
problema político mío, tuyo y de todos.
Buenas noches.