Uno de los logros más lamentables del neoliberalismo es que ha conseguido que la clase trabajadora pierda la conciencia de su verdadera situación en la sociedad. Ha logrado convertir a los trabajadores en seres individuales, sin conciencia de clase; que se creen ricos sin serlo; que, como viejos prematuros, se conforman con lo que tienen; que les arrebatan la sanidad pública y gratuita y la educación pública y gratuita y no dicen nada porque no comprenden sus consecuencias; que valoran más a quien quiere subirles el precio de la electricidad que a quien se lo quiere bajar, y a quien les quiere bajar el salario mínimo que a quien se lo quiere subir; y que renuncian a la fuerza que les podría dar la unión de las ideas y los intereses de los trabajadores. Parece que lo único que les interesa es una cervecita bien fresquita.