El pasado sábado se publicó en El País una entrevista realizada al politólogo italiano Giovanni Sartori, que acaba de hacer pública una recopilación de sus artículos en Il Corriere della Sera, con el título de El sultanato. En él se hace una descricpión de la Italia de Berlusconi.
Pongo aquí algunas de las opiniones que expresa Sartori:
"Él no es un dictador del siglo XX porque no ha cambiado la Constitución, aunque ha intentado vaciarla de contenido desde dentro para quitarle poder al Parlamento. Pero los italianos que lo votan dicen: "Estamos contentísimos con nuestro dictador". Le define la idea de la corte: hace lo que quiere, obtiene lo que necesita, no distingue entre público y privado, el placer del poder le gratifica. Está a medio camino entre dictador y no. Es el padrone a la antigua, el dueño del cortijo."
"El sultán hace lo que quiere y lo que le gusta. Sabíamos que las chicas siempre le gustaron. Forma parte del personaje: el lujo, las grandes fiestas, las menores. Todavía no hay pruebas de eso, pero es absolutamente verosímil, encaja con el personaje."
"Dice: "Soy así, y a los italianos les gusta como soy, no cambiaré". "
"Si dimite, lo procesan. Antes de dimitir se haría garantizar la inmunidad como Pinochet. Vea su sonrisa: es genuina, auténtica. No miente. Trasluce: "Yo os doy la papilla. De los escándalos el país no sabe nada de nada. La televisión no informa, y el 80% de los italianos se informan a través de la televisión". Controla seis de siete canales, y el séptimo tiene miedo. Es imposible que le pasen la cuenta. No hay esperanza."
"La Iglesia está muy atenta, pero él la deja mandar cada vez más. No hay relaciones Iglesia-Estado, es de poder a poder. Ellos también se meriendan a su Italia, los colegios, el fin de la vida... Está comprada como los demás. Por eso calla y otorga. Es justo eso, la Iglesia."
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