Desde que tenemos memoria, las mujeres han sido excluidas de las actividades deportivas. El gran adalid de los modernos Juegos Olímpicos, Pierre de Coubertin, expresó con palabras lo que siempre ha pensado la sociedad patriarcal al respecto de una deportista: “el deporte masculiniza a las mujeres y podría impedirles tener descendencia”, “la única misión de la mujer en el deporte es coronar a los campeones con guirnaldas”; de hecho, el propio deporte, simbolizado por los Juegos Olímpicos, “debe encarnar la exaltación solemne del atletismo masculino, la lealtad como medio y el aplauso femenino como recompensa”...
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