“Cuando el cansancio echa sus raíces en ti, las negras sombras de las más espesas nubes hacen que se oscurezca el paisaje, que no parezca apetecible el futuro y que la vida se confunda con una especie de estrecho y movedizo puente colgante que no se sabe muy bien por qué hay que atravesar.
Pero tú eres fuerte y sabes que casi todo es pasajero, que siempre se puede encender una vela que dé un poco de alegría y que no suele pasar tanto tiempo para que vuelva a salir el sol”, le dije hoy al del espejo mientras me afeitaba.