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miércoles, 24 de junio de 2015

Buenas noches. Ciclo



El Sol era espléndido. La tormenta posterior, también. Luego vino la noche y, al día siguiente, volvió a salir el Sol. 

Esto es exactamente lo que ocurre en la vida. 

Buenas noches.


viernes, 13 de marzo de 2015

Los viernes, etimologías. Niebla, lluvia, viento, tormenta



NIEBLA

Del latín nebula. La raíz indoeuropea nebh- es muy productiva en sánscrito y avéstico (India), en irlandés, en eslavo antiguo y otras lenguas. En ruso nebo es cielo. Por otra parte, es increíble, pero todo apunta a que NUBE no está relacionada con niebla, más bien se relaciona con el significado de cubrir; nubes en latín significa también velo de novia, que usaban el color naranja, y hay en español un adjetivo, edad núbil, la edad de casarse, adjetivo aplicable solo a la mujer. Niebla es névoa en gallego, euskera lainoa, catalán boira.



LLUVIA

Del latín pluvia. En castellano los grupos pl, cl, fl evolucionan a ll, mientras que en portugués dan ch. Plenum, lleno, cheio; clavem, llave, chave; flammam, llama, chama. Y así pluvia da en portugués chuva, de donde viene nuestro chubasco y chubasquero. De una raíz indoeuropea pleu con el significado amplio de fluir, en las lenguas ha evolucionado a significados tan variados como en armenio lavar, en lituano nadar o el inglés flow, flujo. De esta raíz son en castellano flotar, flota, flote, flecha (que fluye por el aire, préstamo del holandés), y pulmón y el griego pneumon, pulmón, de donde vienen neumonía y neumático.

Chaparrón es una onomatopeya de la lluvia sobre la hierba o las cosechas. Puede relacionarse con el euskera zaparrada, pero quizás son onomatopeyas independientes. También hay llovizna, aguacero, diluvio, sirimiri, orvallo, calabobos, tromba, borrasca... o dos localismos de Santoyo, mi pueblo: cuando la niebla se resmea y quedarse en vernizo, cuando se tira horas y horas sin dejarlo.



VIENTO. En latín ventus. Y en todas las lenguas indoeuropeas... inglés wind, noruego vind, polaco wiatr, sánscrito vati... Derivados en español, ventana, ventilar, ventilador, ventolera, beldar, ventosa; ah, y ventosear y ventosidad. Vendaval viene del francés vent d´aval, viento de abajo. De esta raíz hay una palabra conocida del sánscrito, nirvana, que significa absorción del individuo en la esencia divina, con la idea de soplo rápido en -van-. Y no indoeuropea, claro, kaze es viento en japonés, y de ahí kamikaze, viento de los dioses. El árabe charqui entra en el español, a través del italiano, como siroco. En euskera es haizea.



TORMENTA es un préstamo del francés. Esta lengua la acuñó a partir del latín tormentum, y de ella pasó al castellano. Si se hubiera creado en castellano, sería tormienta, como herramienta o pimienta. Está documentado el uso de tormento antes que el de tormenta. Y tormenta es el plural neutro en -a, que hoy captamos como femenino. Tormento es tortura (de la misma raíz) o cualquier situación de mucho dolor o angustia. Su raíz es la de torcer, torsión, retorcimiento, tortícolis, tuerto y entuertos, como los que desfacía don Quijote. Las raíces tor y torn se parecen pero son distintas y designan acciones distintas: una cosa es doblar, torcer hacia un lado y otra hacer girar como un tornillo. (Tuerca tiene un posible origen...; lo cuento otro día, porque es muy obsceno y me da vergüenza).