Promociona el chocolate de Astorga en
un local hogareño, cálido, entrañable -la Chocolatería
Sonrisas. En él, junto con sus empleadas, trata a los
clientes a sonrisa limpia, ofrece calidad con generosidad, mira más
el servicio que da que el esfuerzo que implica, participa en los
'Cafés Pendientes' -dejas pagado un café, o los que
quieras, para que se lo tomen quienes no tienen dinero para pagarse
uno-, y los peregrinos son tratados en el 'Sonrisas'
como en casa. Ahora le han reconocido su labor nombrándola Mujer
Empresaria del año 2015 de Astorga. Se llama Rocío
Rabanal Celada y es una mujer sencilla, pero de mucho valor y
de mucha valía. Yo me alegro un montón.