Tener mucha edad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Uno de estos es el de convertirse en viejo, esto es, en inútil, terco, lleno de manías y con la mente dura. Me gustan los ancianos, que tienen mucha edad y la mente fresca, pero no me gustan los viejos. Sin embargo, me enternece ver cómo dan satisfacción a sus pequeños deseos viendo la televisión, tomando una comida de toda la vida o practicando una costumbre irrenunciable.
Buenas noches.