Tú y yo sabemos que este mundo es una
porquería, que estamos creando una sociedad bruta, inhumana,
difícilmente vivible y que va a terminar con nosotros, si no
reaccionamos. Pero, a pesar de esto, afirmo con claridad que quedan
aún personas a las que es un placer grande conocer. Son personas
generosas, que escuchan lo que dices y que dicen cosas con sentido y
con interés. Personas amables, cariñosas, dispuestas a atender lo
que les pides. Personas con la elegancia en la mirada, en la sonrisa y
en los gestos. Personas con vida dentro, con problemas de variado
calibre, con dificultades diversas, pero con ganas de superación,
con ganas de vivir. Son personas con quienes el tiempo pasa muy
rápidamente y con las que se genera pronto confianza, tranquilidad,
comunicación.
Estas personas están ahí fuera, en el
mundo, en la vida. Si no sales a buscarlas, no las vas a encontrar,
porque no van a venir a buscarte a tu refugio. Te sugiero, por
tanto, que mantengas la puerta abierta y que salgas por ella de vez
en cuando, con toda la frecuencia que puedas. Sal de ti. Dentro de ti
ya no hay nada más. Necesitas que desde fuera te hagan crecer.
(No te olvides de que todo lo que te
digo a ti, en realidad, me lo digo a mí mismo. Si te lo digo también
a ti, es por si te sirve.)
Buenas noches.