Si te fijas bien, las mentes viejas,
sea cual sea la edad que tengan, se alegran sólo cuando reconocen lo
que ya saben. Tienen la puerta cerrada a la evolución y se refugian
en las cuatro cosas que conocen y que consideran únicas y
absolutamente verdaderas. En cambio, una mente joven, sea cual sea la
edad que tenga, cuando se alegra es cuando conoce algo nuevo, algo
que no sabía. Eso le hace, avanzar, crecer, ser más. A aquéllos la
vida ya no tiene nada que decirles. Para éstos, la vida es un
continuo descubrimiento.