Ojalá fuéramos capaces de saber
encajar las malas noticias sin haber estado demasiado tiempo
temiéndolas, imaginándolas, sufriéndolas. En estos casos sí que
hay que acostumbrarse a vivir sólo el momento. Son tantas las
ocasiones en donde el presagio no se corresponde luego con la
realidad... Es tanto el tiempo que se pierde y la vida que se
estropea...
Buenas noches.