Esto debe de molar mazo:
- ¿Quién te viste a ti?
- A mí la Divina Providencia.
Pue sí. La Divina Providencia se ha hecho carne, o sea, se ha hecho vestido para cubrir la carne, y se ha instalado también en la calle Fuencarral. El título es chocante y supongo que a más de un recalcitrante no le habrá hecho ninguna gracia. Pero, si entras, te llevas la gran sorpresa. La ropa es alegre, vistosa, llamativa, juvenil y atractiva. El contrate entre nombre y contenido es igual de sorprendente que si a una tienda de ropa para góticxs la llamas, por ejemplo, "Olé, la gracia".
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