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domingo, 26 de mayo de 2024

Amar la vida

 



Hoy es el día no sé cuántos de algún mes de un año de estos. Da igual. Lo que importa es que tenemos que proponernos que hoy, el único tiempo del que disponemos ahora mismo para vivir, sea un gran día. Ojalá descienda de los cielos, suba de los infiernos o aparezca delante de nosotros un espacio vital de tranquilidad, no de paz, que eso es imposible, sino una tregua de sosiego, sin urgencias, sin prisas, sin necesidades que confluyan y te saquen de ti mismo y te desvíen hacia donde no quieres ir. Ojalá la alegría se haga presente, con sus amigos la generosidad y el amor. Y si la realidad se empeña en ponerse adversa, a ver si somos capaces de relativizarla. Si es necesario, fijémonos en nuestras virtudes y nuestros logros, y démosles más importancia que a los problemas. Qué bueno sería que aprendiéramos algo interesante hoy, y que afináramos la mirada para que pudiéramos ver la belleza, la armonía y la bondad, para que pudiéramos gozar con ello. Y que fuéramos capaces de sacar hacia la realidad lo mejor de nosotros mismos. Nuestra buena actitud nos puede predisponer a que haya suerte, y con ambas puede que salga un día que nos haga amar la vida. Vamos a ello.

viernes, 16 de febrero de 2018

Buenas noches. Fuera



Lo bueno que tienes dentro de ti deberías sacarlo fuera y regalarlo. Eso le daría sentido a tu vida. 

Lo malo que tienes dentro de ti deberías sacarlo fuera, relativizarlo y olvidarlo. Eso le daría tranquilidad a tu vida. 

Buenas noches.


sábado, 29 de julio de 2017

Buenos días. Tranquilidad



Una de las más duras conquistas quizá sea la de la tranquilidad. 

Buenos días.


miércoles, 21 de diciembre de 2016

Buenas noches. Conocimiento


No hay mayor fuente de seguridad y de tranquilidad que el conocimiento. 

Buenas noches.


jueves, 6 de marzo de 2014

Buenas noches. Provocación




Cada nuevo día debes tomártelo como una provocación, porque, en realidad, lo es. Puedes rechazarla y huir y refugiarte en la seguridad de la rutina, en la mortecina repetición de lo de siempre. Pero puedes también aceptar el reto e inventarte el día robándole algo nuevo a la existencia. Si quieres tranquilidad, repite todo lo vivido, pero si lo que deseas es intensidad, entonces, inventa, invéntate. Buenas noches.

lunes, 15 de julio de 2013

Buenos días. El artista y la tranquilidad





Nos sentimos seguros con las certidumbres. Las explicaciones racionales, científicas, nos dejan tranquilos y les asociamos una veracidad que nos elimina las preocupaciones. Pero vivir sólo con las certidumbres nos sumerge en el mundo del 'ya no hay más', ese mundo chato del que ya no se espera nada. El arte, en cambio, nos invita a salir del mundo de las cosas más o menos dominables y nos empuja suavemente al ámbito de lo enigmático, allí donde la razón es sólo una más, donde el alma sale de la paz estéril y se introduce en el mundo de la guerra, del intento, de la producción, de la aventura creadora, del misterio hecho palabra, emoción, carne, imagen, movimiento o sonido. El artista nunca está tranquilo. Lo mismo que le ocurriría a quien tuviera una buena vida.  

lunes, 25 de marzo de 2013

viernes, 7 de diciembre de 2012

Buenos días. Felicidad




Me parece que la felicidad se apoya en la tranquilidad, en la ausencia de preocupaciones fuertes, acuciantes. Es algo que ocurre a veces, durante un rato, posiblemente en momentos de amnesia o de emociones positivas y fuertes. Son momentos que hay que aprovechar para respirar hondo, para contemplar la vida y para hacer lo que a uno le dé la gana antes de que vuelva de nuevo la conciencia, de que la cruda realidad se te vuelva a poner delante y de que las preocupaciones, con sus angustias, se adueñen de nuevo de tu vida. Ojalá hoy tengas algunos de esos momentos. No te olvides de que la música ayuda mucho.

viernes, 11 de mayo de 2012

Cooooño





Señoras: que los museos no están para que se pongan a contar chascarrillos en voz alta en mitad de la sala, que eso molesta y que no son sitios para eso. El día que ocurrió no había señores visitantes en la sala.

Señores vigilantes: lo mismo les digo. Su tarea debe de ser un coñazo enorme, pero no se trata de matar el tiempo a carcajada limpia ni a echar fuera charletas como si estuvieran en el bar.

Señores encargados de los museos y de las salas de exposiciones: vigilen algo lo que pasa allí dentro. He visto cómo alguna encargada tenía que mandar callar a los asistentes a una exposición, pero era un caso aislado, no lo habitual.

Es que esto se está degradando, como todo, a gran velocidad. Los museos ya no son refugios de paz porque los han asaltado los horteras desocupados, que parece que van allí porque hay que ir o porque les encuentran cierto parecido con los supermercados.

Ya ni los cementerios son remansos de paz. El otro día visité uno de Madrid y junto a sus muros ensayaba un cuarteto de saxofones.

Vamos a ver a dónde se va a poder ir a estar tranquilo, sin que te encuentres a alguno que viva sin dejar vivir a los demás, coooooooño.