Ni la educación, ni las artes ni la
cultura son lujos. Ninguna de ellas debería estar asociada a la
capacidad económica del ciudadano, sino a un Estado que estuviera a
favor de los seres humanos. Ninguna de ellas puede ser considera como
un lujo, sino como una necesidad de los seres humanos que sienten el
vivo e ineludible deseo de crecer como seres humanos para no morir en
vida.
Buenas noches.