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viernes, 24 de julio de 2015

Los viernes, etimologías. Partes del cuerpo 8



HOMBRO

Del latín úmerus. Y en el s. XIX se creó HÚMERO para el hueso de ese nombre. Así que tenemos un doblete en nuestro propio cuerpo, dos húmeros, uno por vía popular y otro por vía culta. Tenemos también omóplato de origen griego, de plate, llano, y omos, espalda; y ese omos está emparentado con úmerus. Quizás ya es el momento de hablar de la epéntesis, fenómeno fonético que consiste en añadir una consonante, o más, para facilitar la pronunciación de secuencias difíciles. Hominem evolucionó por síncopa a homne, feminam a femna, húmero a humro; y los hablantes espontáneamente añadieron consonantes epentéticas hasta llegar a hombre, hembra, hombro. Los finales de nombre, costumbre, hambre, urdimbre y muchas otras palabras tienen este origen.

BRAZO

Del latín bracchium, y este del griego brachíon, que significa más corto. O bien porque el brazo es más corto que el antebrazo, o porque los brazos son más cortos que las piernas, estas hipótesis ya las discutían los gramáticos romanos. Brazo tiene preciosos derivados como abrazo y abrazar, brazalete, bracero. Braza viene del plural de bracchium, bracchia, y era una medida antigua, lo abarcado con los dos brazos abiertos. Existe embrazar, el escudo por ejemplo, que no tiene nada que ver con embarazar. Embarazar y embarazo derivan del leonés o portugués baraça, cordel, palabra prerromana o celta (hay posibles paralelismos en irlandés). La formación de la palabra sería paralela al latinismo encinta, de incincta, significando para unos desceñida, sin cinturón, y para otros ceñida con cintas o fajas benditas. Tenemos dos prefijos in muy distintos (y esto ya pasaba en latín); uno significa negación, como en incompleto, invisible, y el otro significa dirección hacia dentro, como en inmigración, importación... La raíz indoeuropea de brachíon es la misma que da el latín brevis, breve, y un superlativo de brevis, brevima, se contrajo en bruma, que en origen significaba el solsticio de invierno, el día más breve.
¿Alguien se ha fijado en que en el párrafo anterior hay un montón de dualidades? ¿Será porque los brazos son dos?

CODO

Del latín cúbitus. Hombre, otro doblete en el brazo, codo y CÚBITO, palabras nacidas del mismo origen con distintos recorridos. En realidad, ya llevamos cuatro dobletes, dos en cada brazo. ¿Cómo se llega de cúbitus a codo por vía popular? Bueno, pues también es el momento de hablar de lenición. Es un fenómeno fonético que afecta al latín en su paso a las lenguas romances. Consiste en relajar, suavizar, descuidar la pronunciación. Hoy el castellano ya está normalizado, se estudia el mismo castellano en las escuelas, pero en la realización del lenguaje hay mucha más lenición en la pronunciación de Andalucía o Murcia que en la de Castilla y León, y ninguna realización de la lengua es superior a otra. Pues por lenición evoluciona cúbitum > cóbito > cobdo > codo por vía patrimonial, del latín al castellano, y por vía culta, supongamos en el s. XIX, se retoma cúbito para dar nombre a ese hueso, que, por cierto, creo que estadísticamente es el que más se fractura. Derivados: codillo, recodo. Parientes indoeuropeos: todos lo que vienen de la raíz keu, que significa curvar; cuba, cúpula, copa, el latín cubare, acostarse, cubil, cubículo, concubina, cobijar, incumbir, sucumbir, címbalo, el griego kyfos, encorvado, y obús, que viene del alemán haubitze.

En España nos es desconocido, pero en América, desde México a Argentina, codo coloquialmente significa tacaño. Se dice popularmente que es porque el tacaño aprieta los codos para no sacar el dinero de los bolsillos, o porque se lo escondía en una bolsa ceñida a la cintura y se la apretaba con los codos.