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martes, 1 de agosto de 2017

Una luz en mi ventana, de Rosa de Mena




En mi opinión, Rosa de Mena es una escritora muy buena y una persona muy buena. Fue para mí un honor que cuando iba a publicar su último libro, Una luz en mi ventana, en la editorial Playa de Ákaba, me pidiera que le escribiera el prólogo. Fue para mí también un placer hacerlo y que lo incluyera en su edición. Ahora siento una emoción grande al verlo publicado. Gracias, Rosa, y que nos alumbres mucho con tus palabras.

jueves, 6 de julio de 2017

Prólogo a Una luz en mi ventana, de Rosa de Mena



Próximamente, la escritora, ilustradora y editora Rosa de Mena publicará en la editorial Playa de Ákaba un nuevo libro de relatos titulado Una luz en mi ventana. He tenido el honor de escribir el Prólogo y lo recojo aquí para que sepas algo más del libro y de su autora.


PRÓLOGO

Una antología es como un abrazo noble que el escritor quiere darle a sus lectores. En el abrazo uno entrega su cuerpo de la mejor manera que puede, procurando que la persona abrazada lo reciba a gusto y acogiendo, a su vez, el otro cuerpo, que se brinda a fundirse con el nuestro. Rosa de Mena ha seleccionado en Una luz en mi ventana lo mejor se su producción literaria, lo ha adornado con sus propias ilustraciones -algunas de ellas me parecen de gran belleza-, y se lo ofrece al lector como si fuera un regalo personal, con el deseo evidente de que pueda disfrutar con ello.

El libro es una colección de veintidós relatos -de extensión variable, pero nunca larga-, junto con otras tantas ilustraciones. Los textos se agrupan en torno a dos de las emociones más frecuentes y trascendentes en la vida de una persona, como son el amor y el miedo. No es lugar este para intentar definir estos fenómenos, pero si para expresar que hay diversos tipos de cada uno de ellos y que en el libro cobran protagonismo. Invito a quien lo lea a que intente ver que no son diferentes amores ni diferentes miedos los que aparecen en el libro y con los que nos encontramos en la realidad, sino tipos diversos, versiones múltiples, que responden a una misma noción del amor y a la correspondiente del miedo.

Los relatos que aquí se ofrecen se refieren a temas cercanos a la vida cotidiana, si bien, a primera vista, en alguno de ellos, pueda no parecer así. Rosa de Mena conoce muy bien los móviles del ser humano y sabe mostrarlos, aunque los revista de ropajes variados. En la escritura de la autora se puede reconocer con facilidad una gran sensibilidad y una mirada atenta, aguda y atinada sobre lo que significa vivir y sobre lo que nos ocurre en la vida.

Debo reconocer que probablemente conozca más a la escritora Rosa de Mena que a su persona, pero una de las características de su obra es la de mostrarse, la de desvelarnos el fondo de su mente a través de las situaciones que relata y de los personajes que crea. Todos los escritores se tienen que poner necesariamente en la piel de sus personajes, pero hay muchas maneras de hacerlo, que se reflejan con claridad en sus obras. Rosa de Mena tiene una enorme facilidad o, al menos, una gran capacidad para ver el mundo desde una personalidad que no es la suya y para ofrecernos perspectivas del mundo diversas. Incluso en varias ocasiones adopta un papel masculino, narrado en primera persona, con la dificultad que ello acarrea. Pero en todas ellas se puede ver un fondo de bondad, de nobleza, de generosidad y de humanidad que habla mucho de la personalidad de quien los ha escrito. Me parece a mí que este es uno de los aromas fundamentales que desprenden los textos de nuestra autora.

Creo que hay algo que decir sobre el lenguaje que usa la escritora. Yo destacaría la pulcritud con la que utiliza las palabras. Su discurso equidista tanto de los cultismos como de lo ordinario. Su escritura es fácil, ágil, está ausente de frases excesivamente largas, es de fácil comprensión y se sitúa siempre de manera cercana al lector.

Una luz en mi ventana es el título de la obra de la que hablamos, pero es también un símbolo de la actitud atenta y creativa de una autora que contempla el mundo con una mirada, a la vez, trágica y esperanzada, y que expresa lo que ve procurando la compañía del lector. Como si las ideas compartidas facilitaran la comprensión del mundo y facilitaran la aparición, no se sabe en qué espacio ni, tampoco, en qué tiempo, de un mundo mejor.


Si te apetece hacerte con el libro, lo puedes pedir ahora, en condiciones muy ventajosas, en esta dirección https://espacioulises.com/libreria/una-luz-en-mi-ventana/ Te lo enviarán a casa en cuanto salga a la luz.




lunes, 29 de mayo de 2017

Paseo por la Feria del Libro de Madrid




Aunque a una hora un poco tardía, nos fuimos el domingo a la Feria del Libro. La Feria es una fiesta, en principio, para los ojos, porque se trata de ver las novedades de las editoriales, ver los libros que pueden interesar, ver a los autores y ver un ambiente agradable, de gente preocupada por la cultura y por la literatura en sus diferentes ramas. Había nubes amenazantes en el cielo, pero no hacía demasiado calor. Todo ayudaba a que la tarde fuera una buena tarde.

Nada más llegar vimos a Juan Cruz, que firmaba su Un golpe de vida, editado por Alfaguara, un libro que habla del periodismo, de la historia de un hombre que se hizo hombre y huyó del cinismo, como nos puso en la dedicatoria. Hablamos con él del tiempo, pero no del clima, sino de lo que significa el tiempo en la vida, del protagonismo que tiene el tiempo en nuestra existencia, de que somos el tiempo que nos queda por vivir, como nos dijo que había escrito Caballero Bonald, o de que en el fondo de nosotros lo que somos es tiempo, que humildemente le dije yo. Nos recomendó la lectura de Las pequeñas virtudes, un librito de Natalia Ginzburg, editado por Acantilado, que reúne una serie de pequeños ensayos sobre la amistad, el silencio y las relaciones humanas. Lo encontramos y lo compramos.

Más tarde fuimos a ver a Mariví García Gallego, que firmaba su Mujer y niña, un poemario lleno de vivencias, de amor y de esperanza. Está preciosamente editado por Cuadernos del Laberinto. Allí encontramos también a Rosa de Mena, escritora y librera en Daganzo. Un placer enorme encontrarnos con estas dos escritoras y amigas.

Seguimos recorriendo casetas y nos hicimos con el libro de Ian Gibson, Aventuras ibéricas, publicado por Ediciones B. Es un gran conversador y una persona optimista, lo que me deja algo perplejo, pero es necesario que haya personas como él, que saben ver el influjo positivo que Europa ha causado en los jóvenes españoles y que confían en el futuro.

Al final vimos a Nieves Concostrina, que nos firmó su Menudas historias de la historia, editado por La esfera de los libros, que va ya por su 14ª edición. Es una recopilación de los episodios que cuenta con tanta gracia en la radio.


Nos quedamos sin ver algunos títulos que teníamos en mente, pero el cielo seguía amenazando lluvia, aunque no llegó a cumplir su aviso. Cargados y con un pelín de fresquito nos volvimos. Creo que una de las cosas estupendas que se pueden hacer en Madrid hasta el 11 de junio es darse una vuelta con tranquilidad y con curiosidad por la Feria del Libro.