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miércoles, 10 de abril de 2024

El interés

 



El neoliberalismo actual, que empezó siendo económico y ha terminado afectando al comportamiento social, ha sustituido con descaro la racionalidad, con toda su capacidad de afectar a todos, por el egoísta interés particular. Los otros han dejado de interesar al neoliberal, para centrarse exclusivamente en los negocios que benefician al yo.

viernes, 15 de julio de 2022

Un buen negocio




Un buen negocio es aquel que ofrece productos de calidad, en el que los dueños no abusan en los precios, cuidan a sus empleados como a sus hijos y tratan a los clientes como si fueran sus invitados. No veo que haya muchos buenos negocios.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Dicho en el pasado. Negocios




11 de noviembre de 2018

 Una de las características de este mundo -o lo que sea- actual que más me desgarra la mente es que todo se está convirtiendo en un negocio. El amor se entiende con demasiada frecuencia como un negocio. La cultura es tratada como un negocio. El ocio, que comenzó siendo lo contrario del negocio, ha caído también en las redes de su oponente. La política se desenvuelve demasiadas veces no en clave de pacto, sino en la de negocio agresivo. El triunfo en la vida se entiende cada vez más como el triunfo en algún negocio. Esta sociedad necesita vendedores de amor, de cultura, de ocio, de política, de cualquier cosa para que triunfen los negocios. Las calles, la televisión o internet están rebosantes de oportunidades de negocios. El solitario que se pare y observe el paso de la comitiva de los negociantes se dará cuenta de que las orillas del camino quedan llenas de valores humanos maltrechos, que no se pueden comprar ni vender.


domingo, 22 de septiembre de 2013

Buenas noches. Empresarios





He tenido la suerte últimamente de conocer a varios pequeños empresarios, de una calidad humana y profesional grande, que me han hecho pensar sobre cómo se está creando trabajo en España. Estos amigos a los que me refiero se dedican a la hostelería, a la fabricación y venta de muebles y a la peluquería. Uno de ellos me contaba que le había dicho a los empleados que él no era el jefe, que era uno más y que la marcha de la empresa dependía del trabajo de todos. La empresa va de maravilla. Otra ha sido capaz de crear un ambiente de trabajo tal que las trabajadoras -son todas mujeres- parecen amigas, más que empleadas en una empresa. Otra me decía que lo primero en su negocio es que todos los trabajadores cobren el día 1 de cada mes, y que si sobra dinero, entonces cobra ella. La empresa va a más cada día.

Yo me pregunto, con independencia de la crisis financiera y de todas las dificultades que tiene hoy cualquier emprendedor para montar un negocio, si no estará fallando aquí una cultura empresarial que, de manera contraria a estos casos que relato, intenta explotar de mala manera a los trabajadores, con jornadas eternas y sueldos mínimos. Conozco dueños de locales que pretenden cobrar alquileres imposibles, pequeños y grandes empresarios que intentan prácticamente que los empleados les regalen su trabajo, explotadores sin escrúpulos incapaces de montar un negocio viable y que intentan poner en práctica su manera salvaje de ver la vida.

Yo creo que en este asunto del trabajo la ética está fallando estrepitosamente, pero el uso razonable de las neuronas, también. Buenas noches.

martes, 2 de julio de 2013

Buenas noches. Destrozos PP





Cuando el PP estaba en la oposición, su objetivo era destrozar al PSOE para poder así ocupar ellos el poder. Cuando, al fin, llegaron al poder, la meta fue destrozar las estructuras del país para poner en su lugar una red de negocios privados que les aportaran pingües beneficios. 

Lo peor de estos destrozos ha sido la forma de llevarlos a cabo: a cualquier precio, por cualquier procedimiento, sin que una mínima moral alumbrara lo que hacían, mintiendo como norma, descalificando con alevosía y con crueldad, anteponiendo sus propios intereses a los de los ciudadanos y a los del país, sin tregua, sin el menor sentido del ridículo, tratando a los ciudadanos como si fueran tontos, sin el menor rastro de valores como el respeto, la justicia, la igualdad o la solidaridad. Ha sido, y sigue siéndolo, un destrozo salvaje en plena ciudad, una paliza de brutos a unos ciudadanos indefensos. 

Pero tanta inhumanidad contra los demás termina por mostrar que detrás de ella no hay más que gente inhumana, brutos disfrazados de personas, neoliberales que se presentan con chaqueta y corbata intentando ocultar con ellas su odio, su codicia, su falta de dignidad, su cinismo y su desvergüenza. Ahora se están destrozando ellos. La maldad interior se está juntando con la maldad exterior creada por ellos mismos. Ya es sólo cuestión de tiempo, aunque morirán destrozando, porque no saben hacer otra cosa.