Esta sociedad nos ha acostumbrado a
materializar el amor, a cosificar el cariño. Como no te gastes algo
en quien te quiere, parece que no le correspondes. Pero en el amor
hay que dar siempre lo más vivo de uno mismo y eso no suele ser
material. Una sonrisa, una caricia, unos besos, unos abrazos, una
mano que toma tu brazo y te dice cosas, tiempo, disponibilidad,
sinceridad, la alegría o la tristeza del momento, humildad para
dejarse querer, la expresión de los sentimientos, el alma abierta. A
veces se puede dar todo no dando aparentemente nada. Buenas noches.