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martes, 15 de enero de 2019

Nerea Pavón en la Venta de Vargas, en la Isla de San Fernando (Cádiz)


La imagen puede contener: una persona, de pie y texto


Una gran bailaora en la Venta de Vargas abriendo el ciclo "Tan solo baile"



En la Venta de Vargas, con Nerea Pavón y el escritor Antonio Lagares, autor de una interesantísima  Historia de la Venta de Vargas

viernes, 9 de junio de 2017

Lo que yo buscaría en la Feria del Libro. Venta de Vargas. Una leyenda en el tiempo.



Hay lugares en el mundo en los que parece que se concentran altas dosis de buen hacer, de capacidad de atracción, de personalidad y de arte. Suelen ser lugares de peregrinaje, de obligada visita, y terminan por convertirse en símbolos privilegiados de la ciudad que los alberga. Uno de estos lugares singulares y casi mágicos es la Venta de Vargas, el famoso restaurante y legendario templo del flamenco situado en la gaditana Isla de San Fernando.

Recientemente, el escritor Antonio Lagares ha publicado el libro Venta de Vargas. Una leyenda en el tiempo, prologado por el bailaor Antonio Canales y dado a la luz por Ediciones JavIsa23. Se trata del fruto de varios años de búsqueda de materiales informativos, de entrevistas y de acopio de vivencias que muestran buena parte de lo ocurrido en esta Venta, famosa por su magnífica cocina y, también, por los avatares flamencos ocurridos en ella a lo largo de sus casi cien años de existencia.

El libro está colmado de anécdotas, de relatos de lo sucedido en la Venta, de fotos de quienes han trabajado en ella y, sobre todo, de la huella dejada por multitud de artistas y de personalidades que han pasado por allí dejando su arte, entre los que destacan sobre todos Manolo Caracol y Camarón de la Isla. El autor ha sabido contar, con sencillez y con fidelidad, la gracia y el dolor de lo ocurrido entre sus paredes desde su creación. Ha incluido anécdotas desconocidas hasta ahora y vivencias que nos permiten un mejor conocimiento de la historia de la Venta, de la vida de una ciudad y de algunos entresijos del cante flamenco, no siempre bien conocidos por los aficionados.

No se trata de exponer aquí una especie de índice del libro, pero sí de expresar que en él se habla de la vida y de la gran personalidad de Catalina Pérez, la fundadora y madre de Juan Vargas, el alma de la Venta junto con su esposa María Picardo, la que fue capaz de refundar el negocio y de permitir que lleguara hasta nuestros días. Y hay también anécdotas sabrosas y graciosas, en las que aparecen, entre otros, el futbolista Mágico González, el escritor Vargas Llosa, el pintor Pablo Picasso, los cantantes Alejandro Sanz y Niña Pastori o el médico e intelectual Pedro Laín Entralgo. Quiero exponer aquí, como una pequeña muestra indicativa del arte vital relatado en el libro, la definición que le dio Juan Vargas a Laín, a petición de éste, gran asiduo de la Venta, de lo que era un teólogo. La considero un monumento de gracia y de cultura. Dijo el pensador Juan Vargas:

-Un teólogo es un hombre ciego al que encierran en un cuarto oscuro. Le dicen que dentro de ese cuarto oscuro hay un gato negro al que todos llaman Dios. Bueno, pues lo habrá o no lo habrá ¿quién sabe eso? Pero al cabo de media hora, va el tío y te saca el gato negro.

El libro de Antonio Lagares muestra, por una parte, detalles de la vida cotidiana de la ciudad de San Fernando antes y después de la guerra civil, de la pobreza casi generalizada en la que vivían los ciudadanos, del papel del estraperlo o de las dificultades de cualquier familia para salir adelante en aquellos tiempos. Por otra, es la historia de los platos más emblemáticos de la Venta de Vargas, como, por ejemplo, de sus tortillitas de camarones, de su berza gitana o de los lenguados de estero fritos. Y también es, por fin, el recuento de los grandes acontecimientos del mundo del flamenco que han tenido lugar en su interior.

En la Venta de Vargas se celebraron fiestas enormes en sus cuartos de cabales. Manolo Caracol la tenía por su segunda casa, no en vano Juan Vargas era para él como un hermano. Allí dio muestras sobradas de su carácter orgulloso y soberbio y de su arte tan personal. Solía ir con Lola Flores cada vez que el espectáculo en el que ambos participaban recalaba en alguna población de los alrededores.

En uno de los cuartos de la Venta oyó cantar Caracol por primera vez a Camarón de la Isla. “Un gitano rubio nunca llegará a ser artista” le dijo a un perplejo Juan Vargas despues de que Camarón, con 12 años de edad, le dedicara unos cantes. Jamás olvidó el de la Isla ese gesto de desaire de Caracol. Seis años más tarde tendría lugar, en el mismo cuarto de cabales, el célebre duelo de cantes entra ambas figuras, que con interesantísimos detalles se relata en el libro. En esa ocasión la Venta se llenó del genio flamenco de ambos y la selecta concurrencia al acto pudo comprobar cómo el trono del cante pasaba a aquel gitano rubio al que Caracol no quiso reconoder en su día.

La vida de la Venta de Vargas es la de sus fundadores, pero también la de sus sobrinos, Joselito y Lolo, de los hijos de estos, algunos de los cuales mantienen hoy la empresa, de los cocineros y camareros que han pasado por allí, estupendas personas y magníficos profesionales, y de los muchos artistas que dejaron allí muestras de lo que llevaban dentro, entre los que, como hemos dicho, sobresalen Caracol y Camarón.

La vida de Camarón corre pareja a la de la Venta de Vargas. Su amistad con Lolo y con Joselito, ambos sobrinos de María Picardo, le llevaba allí con frecuencia. En la Venta aprendió a tocar la guitarrra y allí cantó siempre que su peculiar carácter orgulloso y su lúcida manera de entender la vida de un cantaor se lo permitían. Muchos avatares de su vida los encontramos en este libro, así como el emocionante relato de su muerte y de su entierro.

'Venta de Vargas. Una leyenda en el tiempo' es el relato literario en el que Antonio Lagares muestra la historia de este lugar mágico. Del pasado de la Venta hay muestras gráficas abundantes en sus paredes, cuajadas de fotografías y de recuerdos. Muchas de estas fotografías se encuntran impresas en el libro. El presente de la Venta, sin embargo, se escribe en las mesas del restaurante, en donde es posible degustar los platos que se hicieron famosos en él y de los que también tenemos su historia en el libro. Y también el hoy lo encontramos en las noches flamencas que, de vez en cuando, organiza Lolo Picardo Fontao, su actual gerente. Sin duda, estamos ante un libro interesante y ameno sobre un lugar espectacular.