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martes, 3 de octubre de 2017

Buenas noches. El mundo




Todo está relacionado entre sí. Todos los seres humanos estamos, de una manera cercana o lejana, relacionados. Por ejemplo, Trump y tú estáis relacionados: las decisiones que tome este individuo sobre el cambio climático te afectan. Y a mí también, claro. Lo mismo nos ocurre con las personas necesarias para que podamos comprar una lechuga, un medicamento o un paraguas. Y lo mismo con quienes sufren en el Congo a causa de la codicia y del coltán, necesario para fabricar cualquier teléfono móvil. Y lo mismo con quienes sufren directamente las deforestaciones en las selvas para que tengamos madera o cacao. Lo que llamamos 'el mundo' es un sistema, es decir, el conjunto de todas estas relaciones en el inmenso contexto en el que se dan. La vida debería consistir en darle un sentido humano a todas estas relaciones, en que el mundo fuera cada vez más humano y nosotros mismos fuéramos de verdad seres humanos. 

Buenas noches.

lunes, 3 de abril de 2017

Buenas noches. Sistema



Solo somos una pieza, un elemento más de todo un sistema vital, cósmico, en el que, como en cualquier sistema, todo está relacionado entre sí. Uno hace en él lo que puede o lo que quiere, pero luego es el sistema el que actúa sobre uno y sobre todos. Somos un elemento mínimo, uno más entre infinitos elementos, pero, a la vez, un elemento único dentro del monumental y grandioso sistema que es la vida. 

Buenas noches.

sábado, 7 de marzo de 2015

La flema del sistema

Carta al Director publicada por Andrés Morales López el 4 de marzo de 2015 em El País.

Esta mañana he estado en el Instituto Nacional de la Seguridad Social y he salido llorando. Lo he hecho con rabia y con una enorme tristeza. Me he sentido vejado y no por la admirable dedicación del funcionario que buscaba y buscaba una solución para mí sin poder dármela. Me he sentido humillado, arrojado, escupido como una flema del sistema.
Tengo 61 años y nunca en los últimos 40 he dejado de formarme, ni de cotizar a la Seguridad Social, ni de contribuir al sistema que, ahora que he sido expulsado del mercado de trabajo, no quiere saber nada de mí. Una sociedad que expulsa a sus jóvenes y permite que sus mayores se pudran en la indigencia no merece ser considerada como tal.
Soy autónomo. Desde hace 12 años pertenezco a esa subclase de expulsados del régimen general y abocados a la estafa del emprendimiento. Víctimas de la “alfombra roja” de todos los Gobiernos, apátridas sin derechos. Ciudadano de ese lugar al que se ven arrojados cada día más trabajadores que, como yo, trabajan para empresas sin pertenecer a sus plantillas; sin derecho a enfermar, sin derechos laborales ni sociales, condenados a permanecer en un régimen que los retiene pagando hasta la vejez sin poderte retirar, sin salidas.
Mis lágrimas son de rabia porque no me resigno. Yo se lo he dado todo al sistema; el sistema tiene una deuda conmigo, no puede escupirme y no darme una salida. Esas lágrimas son también de tristeza de ver la falta de escrúpulos de los que hacen las leyes. De ver cómo prometen al final de la legislatura los mismos tres millones de puestos de trabajo que prometieron al principio, de ver cómo venden el humo del futuro: lo bueno siempre está por venir pero sólo para los contribuyentes.— Andrés Morales López. Autónomo.