García Calvo, además de filólogo, es poeta y filósofo y, sobre todo, posee una personalidad muy acusada que se detecta en sus libros y también, aunque sea sólo una anécdota, en su forma de vestir. Observalo en esta fotografía cómo muestra su afición por quitarse el frío a base de camisas superpuestas, cosa habitual en él.En relación con lo que nos ocupa, creo recordar haberle oído decir en alguna ocasión que él no empleaba nunca esa fórmula mágica del 'te quiero', porque decía que tenía un cierto poder adormecedor: el que la pronunciaba parece que ya podía descansar porque había manifestado su compromiso, y el que la escuchaba quedaba satisfecho porque sabía que contaba con el cariño de la persona amada. Y, luego, ya no pasaba nada. El amor hay que hacerlo --en el sentido de crearlo, de hacerlo real--, en lugar de decirlo. Y hay veces que las palabras sustituyen por sí mismas la realidad que debería aparecer en su lugar. Este es al menos el recuerdo que yo tengo y, desde luego, yo le reconozco la parte de razón que tiene, sin necesidad de llevar al límite el no pronunciamiento de las palabras en cuestión.
La obra escrita de García Calvo es enorme y se la publica él mismo, en la editorial Lucina. Hay una entrevista, interesante y algo larga, que le puede gustar a algún lector desocupado o que esté deseoso de leer una prosa cuidada y con un estilo muy personal.
No suele ser muy conocido el hecho de que la Comunidad de Madrid tiene un himno con letra y que el autor de la misma es precisamente García Calvo. Es también autor de un poema célebre y precioso, 'Libre te quiero', al que puso música Amancio Prada.
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¿Por qué siempre que escribes sobre el "te quiero" termino escribiendo a última hora haciendo poco ruido para no despertar a media casa y sintiéndome fatal por hacerlo?
ResponderEliminarEn fin, que desde luego que este hombre tiene parte de razón, y como sabedora de ello también he aprovechado en alguna situación de la que era difícil salir el poder de esas palabras...Sin embargo, bonitas acciones siempre pueden ir acompañadas de bonitas palabras, y así es como procuro siempre ubicar el pronunciamiento de estas dos palabras por mi parte.
Un beso enorme Manuel, estoy muy poco inspirtada últimamente, además tengo la sensación de que todo lo que escribo está mal así que no lo hago mucho...esperemos que sea sólo una racha. El jueves tengo un acontecimiento importante sobre el que pienso escribir, a ver si me sale algo decente.
Yo he tenido la suerte de poder asistir a una conferencia que García Calvo dio en Salamanca. Recitó alguno de sus poemas y fue muy aplaudido. Lo que más me gustó de él, no fue su poesía, sino su forma de estar frente a un público, su forma de representarse a sí mismo, creando un personaje muy interesante.
ResponderEliminarEn cuanto a sus textos, leí algo de sus ensayos hace bastante tiempo, y la verdad es que no recuerdo por qué no seguí leyéndole, porque me gustó mucho.
Con respecto al "te quiero", opino igual que Almu, hay veces que "bonitas acciones siempre pueden ir acompañadas de bonitas palabras". O quizás hemos entrado todos en la rutina de expresar dialécticamente lo que sentimos por el otro.
Un beso y ánimo a los dos. A Almu con su inspiración, y a Manuel en su trabajo diario.
Almu: Como dice Serrat, cuando llegue la inspiración ha de encontrarte trabajando, o sea, pensando, viendo, atenta a lo que hay. Así que mira, oye, siente ... y cuéntalo. La inspiración vendrá sola.
ResponderEliminarCon tu agudeza habitual has creado la frase que sintetiza perfectamente una manera muy humana de ver las cosas.
Y tú, P., que siempre ves lo que hay que ver, la has subrayado convenientemente, separándola de la rutina, de la vida vacía, hueca, muerta. Unas palabras rutinarias simbolizan la nada. Puede que adormezcan, pero no dan vida.
Y yo me apunto a vuestra opinión. Tanto que considero las vuestras como "bonitas acciones" y quiero ser consecuente con el sentido que le damos a la frase en el contexto en el que estamos.
Un beso grande para cada una.
No os hagáis más líos de porque decimos te quiero.
ResponderEliminarLo decimos porque lo sentimos, porque hay una persona o personas que nos hacen ser felices día a día y son personas que pase lo que pase siempre estarán en nuestro pensamiento, en nuestro corazón.
Y el amor es algo que no se explica, se pratica, así que venga chic@s, disfrutar de la vida por favor, que son dos días (uno de fiesta y otro de resaca) bromas aparte.
En serio no os preocupéis tanto por el amor, sólo pensar que si lo tenéis, disfrutarlo al máximo, que no se sabe cuando se acabará!!!
Un besazo enorme a todos!!!
Laura
Pues a mi me encanta decir te quiero. Y desde luego lo digo porque lo siento y porque lo necesito.
ResponderEliminar(Me encuentro muy cómoda en este blog, oye)
¡Qué gusto que te encuentres cómoda en este blog, en esta Casa L, Charo! A todos los jóvenes, tengan la edad que tengan, les pasa igual. Puedes quedarte cuanto quieras. Es tu Casa.
ResponderEliminarLaura: Me parece que tú no has tenido un profe de Filosofía que te haya hecho pensar en serio. Luego, te confundes y ya verás. Yo creo que te quieres poco a ti misma. ¿No crees? Otro besazo para ti. Y no te líes.
ResponderEliminarJeejejeje...
ResponderEliminarUy, he pensado mucho ya...
Pero es que para mi el amor...
Hace tiempo que me equivoqué, y no quiero volver a hacerlo..
Asi que ya no me preocupo más, lo que quiera venir que venga!!
Asi que ya estamos otra vez con lo de que me quiero poco, no???
Jejeje, ya era hora, hacía mucho que no me lo decías!!!
No te preocupes, tengo el mejor profesor de filosofía del mundo!!!
Un besazo enorme!!!
Por cierto, estoy de acuerdo con Charo, me encanta entrar aqui, estoy muy enganchada!!!
Laura
¿Para cuando un club de fans del blog Casa L? Sería el blog en el que más libremente podríamos decir "te quiero", eso sí, analizando a cada rato por qué lo decimos.
ResponderEliminarUn beso a todos.
Ja,ja. Eso está bien. Decir 'te quiero' y añadir por qué. Pero sólo de vez en cuando, para recordar a qué se debe la actitud.
ResponderEliminarNo sé si lo he contado ya, en cuyo caso pido disculpas. Recuerdo a Carlos Llamas, el periodista que dirigía Hora 25 antes que Angels Barceló. Carlos Llamas murió de cáncer no hace mucho. Cuando le detectaron la enfermedad, dejó de hacer el programa. Luego, parecía que estaba mejor y una noche, un lunes, volvió. Esa noche fue una fiesta en la radio. En el estudio estaban sus padres, todos sus compañeros y él, que temblaba como el primer día que se puso delante de un micrófono. Cuando acabó su programa, José Ramón de la Morena le hizo una entrevista honda, en la que Carlos se desnudó el alma. Dijo que había visto cerca la muerte y que una de las cosas que había decidido hacer era no tragarse sus sentimientos. Quería decirle a todos los que quería, que los quería. Se arrepentía de no haberlo dicho antes y no se explicaba el porqué. Tuvo que ser ese momento de lucidez que te aporta el darte cuenta de que te puedes morir el que le hizo ser más trasparente, o más coherente, o, simplemente, más expresivo.
A mí, que soy bastante tímido y que creo que quiero a la gente más de lo que la gente se cree, me hizo pensar mucho este hombre.
Después de hacer el programa durante una breve temporada, lo tuvo que dejar. Murió. Y entonces la gente se volcó y demostró que lo querían. Lo que no sé es si a él se lo dijeron en vida.